Por: Melanio Zúñiga Hernández*
En el entendido, que el concepto de inflación resulte conocido o cercano para algunos de los lectores, lo cierto es que para un elevado porcentaje de la población no lo es, ya que la mayoría cuenta con una idea general y vaga de su significado, lo que conlleva a que algunas interpretaciones podrían estar alejadas de la realidad.
Por tal motivo, el objetivo de esta publicación se orienta a abordar de una manera sencilla este concepto económico, con el fin de enriquecer nuestra comprensión y facilitar la difusión de la información relacionada con el objetivo principal.
Bajo esa perspectiva podemos decir que la inflación se conoce en economía como el aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y servicios existentes en el mercado durante un determinado período de tiempo sostenido, normalmente un año.
Cuando el nivel general de precios sube, con cada unidad de moneda se adquieren menos bienes y servicios, es decir, que la inflación refleja la disminución del poder adquisitivo de la moneda, una pérdida del valor real del medio interno de intercambio y unidad de medida de una economía.
La inflación es un fenómeno que ocurre en casi todos los países, de hecho, todos los bancos centrales (Banco de la República para el caso de Colombia) siempre tratan de que en su país haya algo de inflación, normalmente entre el dos y el tres por ciento.
A menudo la inflación se puede originar por ciertos cambios en variables fundamentales de la economía que aumenten la demanda o deterioran la oferta agregada de un país, y por esta vía suele verse reflejada en un incremento en los precios.
En el caso de la demanda, fuertes incrementos en los precios pueden obedecer, por ejemplo, a un mayor ingreso disponible de los hogares, por unas tasas de interés reales muy bajas que desestimulen el ahorro e incentiven excesos de crédito y de gasto de los agentes, o por un crecimiento desmedido del gasto del Gobierno, entre otros.
Si estos aumentos en la demanda de bienes y servicios van más allá de lo que el sector productivo de una economía puede generar, se generan aumentos generalizados en los precios; esto, porque los vendedores, al ver una demanda elevada por sus productos a niveles que superan la oferta de la economía, tienen incentivos a subir generalmente el precio de sus bienes y servicios.
En estas condiciones, las decisiones de política monetaria como la subida en las tasas de interés por parte de autoridades como la Junta Directiva del banco de la República en Colombia, están encaminadas en evitar excesos de gasto, para que de esta manera no se presenten presiones sobre los precios y, por tanto, se logre mantener la inflación baja y estable; situación que ha resultado muy difícil dada la influencia de factores externos derivados de la pandemia y mas reciente por la guerra de Rusia contra Ucrania.
Hay otros factores que pueden afectar la oferta de bienes y servicios de la economía y generar aumentos en los precios, tales como incrementos excesivos en los costos de producción de las empresas, tal como sucede hoy con la importación de materias primas e insumos para la producción agrícola, que han disparado sustancialmente los precios de los productos alimenticios; a lo que debe agregarse el aumento “elevado” del salario mínimo, con efecto reflectivo e inflacionario en los diferentes sectores de producción y consumo de la economía colombiana.
Son muy diversos los efectos de la inflación en una economía, y pueden ser tanto positivos como negativos. Los efectos negativos de la inflación incluyen la disminución del valor real de la moneda a través del tiempo, el desaliento del ahorro y de la inversión debido a la incertidumbre sobre el valor futuro del dinero, y la escasez de bienes.
Los efectos positivos incluyen la posibilidad de los bancos centrales de los estados de ajustar las tasas de interés nominal, como lo viene haciendo el Banco de la República desde el año pasado, con el propósito de frenar la inflación, mitigar una recesión económica y de fomentar la inversión en proyectos de capital no monetario, entendidos como los activos que tiene una empresa en sus estados financieros y que no disponen de un valor nominal.
Entre las corrientes económicas monetaristas, generalmente existe un consenso en que las tasas de inflación muy elevadas y la hiperinflación (subida del nivel de precios muy rápido y continuado que provoca que la gente no retenga el dinero, por su pérdida de valor constante, sensación que se percibe hoy en Colombia), son causadas por un crecimiento excesivo de la oferta de dinero.
Las consecuencias de la inflación son los distintos efectos que se generan en una economía a causa de la misma, pues como refiere el director del DANE, Juan Daniel Oviedo, este fenómeno provoca más pobreza monetaria en los hogares colombianos, por cuanto la inflación que se disparó desde el año pasado y el súbito incremento en lo corrido de este, está afectando al doble a los hogares de los estratos 1, 2 y 3, población de menores recursos en el país, en especial por el alza que hay en los alimentos, empeorado con el incremento del precio del dólar.
Generalmente suele decirse que la inflación es el impuesto de los pobres, pues cuando aumenta la inflación es como si se les estuviera poniendo un impuesto a la gente, pero lo más grave es que ese impuesto es más alto para las personas con menos recursos, por lo limitado de sus ingresos; si se tiene en cuenta que más o menos el 45 por ciento de la población del país gana menos de un salario mínimo que este año se fijó en 1 millón de pesos.
Para finalizar debemos señalar que hoy los hogares colombianos en situación de pobreza, el precio de los alimentos es incluso más importante considerando que supera el treinta y uno por ciento (31%) de su presupuesto, porque la inflación de alimentos ha sido determinante en el comportamiento de la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC); en el entendido que existe una exacerbación en la pérdida del poder adquisitivo como señala Juan Daniel Oviedo, director del DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística), para quien la evolución de los precios altos tiene una incidencia sobre la pobreza monetaria de los hogares.
*Melanio Zúñiga Hernández. Abogado y Contador Público especializado en gerencia financiera, amplia experiencia en banca y como revisor fiscal.