Lourdes Margarita Guerrero

Por: Lourdes Margarita Guerrero Pavajeau*

La historia de la humanidad, en el siglo XX se leía en gigantes libros que formaban parte de las enciclopedias de la época, hoy en internet, pasado y presente se confunden, encontramos todo el tiempo lo belicoso que ha sido el hombre, llegó la civilización, la época moderna, contemporánea y las guerras no desaparecen.

Para todo conflicto o guerra se necesitan dos partes, dos bandos, eso de que uno es el malo y otro la víctima, está lejos de la realidad, así, después de muchas hostilidades, uno comienza y otro sigue, se igualan, en una guerra nadie tiene razón de ser, en ellas solo ganan las grandes empresas fabricantes vendedoras de armas y las comercializadoras de los productos sancionados, todos los demás perdemos ya que la destrucción, inflación y escasez repercute a nivel mundial.

Reitero, mínimo se necesitan dos, actualmente vemos, en la guerra del oso, Rusia, que son muchos contra uno y uno contra muchos y nadie “da su brazo a torcer” porque están en juego el poder y el dinero, se inventan miles de excusas, invasión, ojivas, hegemonía, comercio, tecnología, violación de derechos humanos y miles de etcéteras, lo que no se puede ocultar es que la humanidad se enfrenta “en nombre de la paz”, la paradoja más grande que se ha inventado el hombre, que la paz se consigue con guerra, que el terrorismo se combate con ella, siendo la guerra misma el peor terrorismo existente.

Se me acongoja el alma, me lleno de tristeza al ver que la entidad que puede parar este desastre no lo hace. Se creó el 24 de octubre de 1948 con la función principal de conseguir la hermandad de los pueblos, sin inmutarse para conseguirlo. Me refiero a la ONU, entidad avasallada a Estados Unidos, país líder militar con más de mil bases de esta índole en todo el mundo, encabeza la entidad armamentista, OTAN, su gobierno se siente orgulloso de serlo, intervienen en todos los países, en los conflictos, invaden territorios como, en pasado reciente, llegaron a Líbano, Irán, Siria, y otros, sancionan a países que no están alineados a su ideología como lo han hecho con naciones del oriente y en América Latina, Cuba, Nicaragua, Venezuela y la ONU, de espectadora.

La historia se repite una y otra vez, Estados Unidos se siente con autonomía de decir que país es bueno y cual malo, sanciona para “debilitar las economías” y lo consigue sin importar que son los pobladores los que sufren hambruna, desplazamiento, agonía y muerte, lo importante es demostrar hegemonía en dinero y poder. En unión con los aliados, entregan armas y recurso monetario, en este caso a Ucrania, país que queda endeudado con sus aportantes hasta muchas generaciones por venir, lo que deja ver que lo relevante es el signo $ en donde los aliados se reparten el botín. En estos momentos vemos como la potencia del norte es el nuevo proveedor del petróleo que antes lo era el oso, con el aumento exorbitante de las ganancias de sus empresas de este campo, siendo solo un referente, son muchos los productos. Se cambian vidas, sangre y dolor humano, por amasar fortuna.

Degradante es esta consecución de dinero y, aún más, la celebración que hacen de ello. Según traducción del portal The Mexican Family, en episodio titulado “El insospechado ganador de Guerra Rusia – Ucrania”, en el minuto 3, 27 segundos, el actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, declara, muy feliz, que Exxon Movil ganó más dinero que Dios. “Vamos a asegurarnos que todos conozcan la profecía de Exxon, ¿por qué no les dices cuales fueron las ganancias de Exxon este año, este trimestre? Exxon ganó más dinero que Dios este año”, fueron sus palabras en noviembre de 2022. Adicional están las empresas Shebron, British (BP), Shell y otras, tanto en norte América como en el occidente de Europa, con ganancias “obscenas”, a costa del dolor y miseria de la guerra.

Que asco los países armamentistas que no ayudan a solucionar conflictos, por el contrario, se benefician de las bonanzas de las guerras a cambio de millones de vidas muertas, desplazadas y con hambre. Asco quienes enseñan a sus habitantes amor por el dinero y bienestar material, pero cercenan, en alto porcentaje, la sensibilidad hacia el otro, es decir, se transmite la cultura del más fuerte, de la muerte.

Las estadísticas mundiales, realizadas por la ONU, Banco Mundial, Cepal, dicen que somos algo más de ocho mil millones de personas en el planeta, ocho mil treinta millones, aproximadamente, lo que significa que, según la educación que recibimos y los caminos que escogemos, somos más de ocho mil millones de rutas en la vida, con una sola meta: El cementerio.

Independiente de los motivos que se inventen los gobernantes del mundo para armar conflictos, lo irremediable es que cada guerra conlleva a muerte de millones de seres humanos, destrucción, dolor, miseria, por lo tanto, como humanista que soy, y consciente de que mis palabras no tendrán eco, aun así, seguiré escribiendo y clamando desde lo profundo de mi ser porque un día, ojalá no muy lejano, los más de ocho mil millones de habitantes del planeta podamos levantarnos a gritar, al unísono, “ASESINOS, NO MAS GUERRAS”. “¡PRIMERO LA VIDA¡”.

*Lourdes Margarita Guerrero Pavajeau. ambalu2003@hotmail.com – Publicista. Filosofa. Conferencista. Laureada Poetisa y Narradora Colombiana. Docente Universitaria.

¿Cómo le pareció el artículo?
+1
34
+1
10
+1
2
+1
0
+1
0

Por editor

6 comentarios en «LA GUERRA DEL OSO»
  1. Prima: Hay ejemplos del siglo XX que muestran que es posible «inyectar» democracia, libertades individuales y derechos humanos en países dictatoriales a punta de guerra: De la derrota en la II Guerra Mundial surgieron Alemania, el país más rico y libre de Europa, y Japón, el de Asia, donde hasta mataron al líder liberal haciendo campaña en plena calle y sin ningún tipo de escolta armada. De la guerra de Corea surgió Corea del Sur. Así que la paradoja de que la guerra es un medio para la paz en ocasiones no parece tan paradójica. Gran abrazo.

  2. Gracias primo. Si haces referencia a Israel y Palestina, estás aceptando la ley del más fuerte.
    Considero que la ONU debe modificar su actuar porque la diplomacia y los vetos del Consejo de Seguridad no salvan vidas, que es lo importante.

  3. Primo el hablar de la bomba de Israel y Palestina es aceptar la ley del más fuerte. La ONU, considero debe modificar su actuar porque la diplomacia y los ceros no salvan vida y «primero la vida». Abrazo.

  4. Muy buen artículo y comparto tu sentimiento pacifista y solidario, pero lo cierto es que si países como Israel o Pakistán no tuvieran la bomba atómica ya habrían sido borrados del mapa por sus enemigos, que son muy fuertes. Sí es paradójico, una cruel paradoja, pero la paz es el respeto o el miedo, da lo mismo, por el otro, por eso se habla de disuasión.

    En cuanto a la ONU, la diplomacia es la más difícil de las actividades políticas y dependencias suyas han sido determinantes para aliviar las penas de la humanidad entera que entre cadenas gime, como la FAO y la UNESCO. Militarmente es difícil que el organismo se avasalle a los EE.UU., pues lo que pesa en el Consejo de Seguridad es el derecho de veto, que lo tienen las potencias nucleares, Rusia incluida. Por eso Putin invadió a Ucrania, así digas tú que no hay bueno y malos en una guerra, pero invasores e invadidos sí los hay, porque así el Consejo se inclinara hacia un lado, el solo veto ruso bastaba para dejar sin efectos lo resuelto y disparar. No es que la ONU no haga nada en pro de la paz, sino que no es soplar y hacer botellas.

    1. Primo el hablar de la bomba de Israel y Palestina es aceptar la ley del más fuerte. La ONU, considero debe modificar su actuar porque la diplomacia y los ceros no salvan vida y «primero la vida». Abrazo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *