JOSÉ MANUEL HERRERA VILLA

Por: José Manuel Herrera Villa*

Es innegable que necesitamos en manera importante y urgente la puesta en marcha de estrategias, ojalá novedosas e innovadoras de política social, encaminadas en lo posible a combatir y abatir la pobreza a partir de la coordinación transversal entre distintas dependencias estatales, empresarios, sector privado y académico, en lo que se destaque en lo posible un sólido acompañamiento de organismos nacionales e internacionales dedicados a la medición y evaluación.

Se trata que nuestros mandatarios con la prioridad requerida, implanten e implementen nuevas metas e inversiones que permitan construir un sólido piso en materia de igualdad social. Que la inversión tecnológica amplifique sus alcances en todos los campos, particularmente en los segmentos populares, lo que es sin duda un grande reto, en ruta importante a estructurar consolidaciones en las más de las áreas y niveles, con la seguridad y confianza que brinda la tecnología.

La innovación tecnológica es una oportunidad para aumentar el compromiso social, mejorando además beneficios y reputación. Es poner de manifiesto la transformación acelerada que vive el mundo, en la certeza que la tecnología genera sin duda oportunidades para mejorar la sociedad, en tanto y cuanto facilita, democratiza y expande el acceso a productos y servicios que mejoran la calidad de vida de las personas. Es promover un claro liderazgo en la lucha contra la pobreza, y en consecuencia poner sobre el tapete la relevancia del papel y del potencial que las entidades todas deben aportar para contribuir a un crecimiento inclusivo a través del uso de las tecnologías en todos nuestros territorios, al tiempo de hacer hincapié en la tecnología con propósito como una vía práctica para impulsar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el año 2030.

Debe ser en tanto, propósito sustancial inspirarnos y guiarnos todos, empresas de cualquier tamaño y sector, fundaciones empresariales, organizaciones de la sociedad civil y administraciones públicas, para desarrollar estrategias de tecnología buscando un impacto social generalizado. Dar herramientas prácticas para que puedan contribuir, de forma diferencial a la lucha contra la pobreza, además fomentar la creación de espacios donde pueden formarse para dar un paso adelante en su compromiso con los más vulnerables; más hoy, que estamos viviendo un momento de transformación donde todo se está redefiniendo, y se debe tener la capacidad, oportunidad y responsabilidad de lograr un cambio tecnológico responsable e inclusivo.

Muchos de los nuestros viven aún en condiciones de extrema pobreza y, otras tantas se encuentran en riesgo de exclusión social, lo cual revela a las claras grandes brechas de inequidad en nuestros municipios, lo que debe ser tarea inaplazable su combate desde las más de las formas, maneras y posibilidades, en el entendido y comprensión cierta que la pobreza no es negocio.

*José Manuel Herrera Villa jomahevi@gmail.com – Profesional en Administración y Finanzas. Especializado en Auditoría Integral. Formulación y Evaluación de Proyectos de Desarrollo

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