Por: Luis Gilberto Ramírez Calle*

Los doradenses, cuyos hijos glorias muchas y orgullo han dispensado al departamento de Caldas y al país, más que obligados están a prestar su concurso y mejores esfuerzos camino a reverdecer laureles antes que del todo se marchiten; y en consecuencia, trazar líneas naturales de continuidad histórica, toda vez que han sido grandes aportantes al desarrollo y crecimiento no solo de Caldas, sino de la región y el país. Ha sido La Dorada un municipio emporio generador de riqueza, cuya sociedad hoy debe y tienen que responder a los suyos por un nuevo horizonte. Entender por lógica evolutiva que deben tener una visión más generalizada en relación con las interpretaciones de su deber ser y para volver por los fueros de un ente territorial superior al que ayer fueron.

En mis varias visitas a este municipio caro a mis afectos, al que siento mucho debemos todos los caldenses y con el cual tenemos una deuda impagada, es fácil apreciar una manifiesta incomodidad ante la idea de no tener el tratamiento que se merecen por los grandes aportes tributados en beneficio del departamento. Soy de la postura que la sociedad tiene que ser preferida al individuo y que el interés general es superior al de los particulares.

En nombre de la razón, deber es volver a la primera línea de vanguardia en el departamento y desarrollarse con mayor racionalidad. Con criterios rectores en la toma de decisiones políticas, económicas y sociales sin engañosa ilusión, soportados en sus propias realidades, necesidades, proyecciones y perspectivas. Es la razón como argumento de la autoridad que les asiste y teniendo en cuenta su pasado de vital progreso, que de ninguna manera fue el resultado de la espontaneidad, sino del trabajo denodado de ustedes impulsados por la ley superior del progreso en LA búsqueda y procura de un bienestar integral.

Se trata de tener respecto de su porvenir y visión sostenida de progreso, arietes contra las injusticias de la desatención que con razón denuncian, para que de nuevo una mayor observancia y esmero se vuelque hacia ustedes en cuanto compromiso y realizaciones, que terminen por valorarlos como bien y mejor merecen, sacarlos a flote de una vez por todas y dejar atrás todo asomo de medianías.

Repasar la historia de este grato y grandioso terruño, nos brinda satisfacciones mayores, éxitos muchos, amplios reconocimientos, justificaciones sociales, calidad y cantidad intrínsecas, rasgos compartidos en contexto de capacidad ciudadana y concepciones meritocráticas de resonancias sin precedentes que consagraron a este municipio por siempre para la historia del país.

Independientemente de cualquier otra consideración, importaría pensar a La Dorada, amén de la concepción de la capacidad política, desde aristas de inclusión en lo social, económico, ambiental, cultural, infraestructura, productividad y competitividad, entre otras; compartiendo la convicción que deben ser de nuevo referente departamental, regional y nacional, que nunca debió dejar ser. Estar otra vez en la palestra de las situaciones y circunstancias mejores, con una ciudadanía y comunidad racional, dispuesta, a la orden, con mentalidad de progreso, pensamiento y capacidad de discernimiento, desbordando optimismo, donde las condiciones de posibilidad se socialicen como deben y tienen que ser en incesante búsqueda y procura del integral bienestar, camino a refundarnos como una organización social relevante y segura de su andar, soportada en el sustento lógico que proporciona saber que se quiere y para donde se va, requisitos indispensables para abrir las puertas de la sociedad y el merecimiento.

Requerida está La Dorada y los doradenses de un mayor optimismo para superar de tajo todo atisbo de visiones negativas, para que así se ocupen de las defensas de sus naturales derechos, herencia y patrimonio de sus mayores y básica cosmovisión para lo ordenado, igualitario y plural. Solo avanzando en todos los sectores es posible encontrar defendernos adecuada y decididamente, lo que es un derecho inherente a la persona y no nos lo podemos dejar quitar; de ahí que vuestra visión a futuro como ciudadanos de bien tendrá que ser fuerte, comprometida, responsable, concebida y atemperada por pautas articuladoras que valoren la armonía de la comunidad por encima de individualismos siempre dañosos.

Se necesita un progreso auténtico. Excepcional. Crecer. Desarrollarse personal y socialmente. Acostumbrarse a ser protagonistas de saltos cualitativos y cuantitativos en la definición de una superior comunidad y territorio, en lo que se necesita voluntad, decisión, pasión, vigor, énfasis, amor propio, enjundia, fortaleza y demostrado sentimiento de pertenencia, entre otras muchas consideraciones, que potenciará y ayudará a funcionar como un efectivo catalizador para la transformación del municipio, la subregión, el departamento, la región y país.

Importa avanzar, protegerse, ser colectivos, reconocerse cada día y cada vez más, sumar inteligencias, ser conscientes de lo que se quiere y busca, generar ideas e iniciativas. Entender que hoy se impone una cultura donde planeación, proyectos y programas son fuentes de vitales impulsos, un remedio para las falencias que se tengan y surgir puedan como suele suceder en todo devenir.

Es, recabo, movilizarse en lo que se pretende y se quiere. Aumentar las posibilidades y probabilidades mejores. Buscar escenarios afortunados para todos. Soluciones sociales. Dar a los más necesitados en la medida de su contenido. Reflexionar sobre los aspectos esenciales, fórmula mediante la cual se podría disfrutar de adelantos racionales con libertad, pero sin libertinaje ni anarquía, más sí con articulación sociopolítica y con su corolario de igualdad y pluralidad, sin división ni conflicto.

La tarea será procurar avanzar concapacidad de gobernarse a sí mismos, establecer pautas de convivencia social a la luz de su propio criterio, ser más combativos, encontrar una apuesta entusiasta por la razón humana entendida como asiento de la libertad y herramienta de cambio, desde una concepción optimista y excepcional. Hacerse respetables, acercarse al poder como llave del progreso y a la razón como fundamento de la emancipación histórica del hombre, característica de los tiempos modernos. 

No más superficialidades y sí más conciencia y consistencia. No más una organización social deficiente y prevenida contra la sinrazón humana que acentúa un profundo pesimismo, cuando lo adecuado es luchar con denuedo en ruta a entrar en la senda de lo justo y bueno como derecho absoluto de las gentes a ser instruidas en su verdadero interés y deberes, en el saber que los derechos inalienables y sociales son políticos y pertenecen a todos, lo que permite acunar una visión optimista sobre la confianza en la razón como herramienta de transformación que implica la igualdad, por lo que los doradenses deben comprender que como sociedad no pueden ser artificiales, sino pactar entre voluntades libres con fundamento en el orden social en torno a una visión ordenada y dirigida a ese cambio histórico que desde hace rato necesitan, demandan y claman  los pobladores todos de  esta importante unidad territorial de Caldas y del país. 

General (r) PONAL. Administrador.

Consultor Asesor en Seguridad y Defensa Nacional. Abogado. Especializado en Derecho Administrativo

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