Por: Rafael Robles Solano*

Continúo con el tema de LA APOCALIPSIS DEL CAMBIO CLIMÁTICO, pidiendo excusas por un involuntario error en el artículo precedente, el cual concierne a los que en estos medios le suelen endilgar al corrector de palabras, me refiero a lapsus con la palabra devastadores, dado que la que se publicó, fue desbastadores, qué para el caso, nada tenía que ver con el contenido del mismo. Aclarada dicha equivocación, procedo retomando el hilo conductor de éste llamado de atención global, refiriéndome al contenido del párrafo final del artículo anterior, con el que concluía: “Es lamentable observar cómo los gobiernos de los países más desarrollados, siguen dando prelación a los intereses comerciales e industriales, desestimando irresponsablemente las consecuencias ambientales resultantes del calentamiento global. Ya se conocen informes sobre el riesgo que se avecina para los miles de poblaciones costeras, que en breve tiempo se verán inundadas por el aumento de los niveles del mar, como la desaparición de muchas islas del Pacifico y del Atlántico.  Entonces desde esta modesta tribuna, me sumo a quienes piden que se tomen desde ya, las medidas para frenar o reducir la emisión de gases con efecto invernadero, buscando recuperar la capa de ozono y los balances atmosféricos.”

Señalamientos que ahora me permito completar en consideración a que de mi parte, pareciera haber omitido y dejado de lado el problema de la infame explotación de la minería ilegal, que viene contaminando especialmente con mercurio y otros químicos venenosos, muchas de las fuentes hídricas de dichas zonas, como por la inmisericorde apropiación y desforestación de inmensas regiones selváticas de la orinoquía, los llanos y Amazonas, las cuales se utilizan para colonización de esas tierras o las destinan para hacer ganadería extensiva, cuando no las dedican para cultivos ilícitos, como acontece en los Departamentos del sur de Colombia, Cuaca y Nariño en particular, allende de la contaminación generada por las múltiples industrias y fabricas urbanas y rurales, que continúan evadiendo los controles ambientales y siguen polucionando las grandes ciudades con las emisiones de gases contaminantes, las que facilitan el llamado efecto invernadero o que irresponsablemente vierten sus desechos en los ríos y sus afluentes, como sucede con el rio Bogotá.

Ante semejante aciago panorama nacional e internacional, es evidente e ineludible qué entre todos, aunemos los esfuerzos necesarios e indispensables para concienciar a los empresarios, los funcionarios gubernamentales y a la misma sociedad civil, educando a los jóvenes para que conjuntamente se asuma la defensa real del medio ambiente, con la aplicación del ejercicio debido y responsable del manejo de nuestros recursos naturales y biodiversos.

No podemos continuar indolentes y de espaldas ante semejantes niveles de contaminación, está llegando la hora de reivindicar la defensa del medio ambiente, ampliando las reservas forestales y de parques nacionales, incrementando la implementación de proyectos limpios y sostenibles, brindando a los inversionistas privados grandes exenciones tributarias, facilitando la consolidación de las denominadas APP (alianzas públicas y privadas), diseñadas para favorecer sus emprendimientos particulares junto a los estatales y retribuirlos a los entornos y comunidades en las que los establezcan, tal y como están diseñados los programas que benefician por ejemplo, a las zonas aledañas por donde circulan las vías férreas del carbón o los oleoductos, cuyos vecinos de benefician con dichas infraestructuras. 

De otra parte, llamar la atención al Gobierno, para que revise su contradictoria postura de rechazar injustificadamente el llamado “ACUERDO DE ESCAZÚ”, que me permito recordar, se refiere a un tratado regional que “promueve los derechos para acceder oportuna y efectivamente a la Información Ambiental, la protección de los defensores ambientales, que son perseguidos y asesinados por defender los recursos naturales de sus territorios, que busca, además, garantizar el cumplimiento de las leyes y derechos ambientales en los países de América Latina y el Caribe”.

 *Secretario Ejecutivo LIDERESOCIAL. lideresocial@hotmail.com

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