Por: José Manuel Herrera Brito
He tenido por norma de vida desde siempre, exaltar lo bueno y mejor que considero debe ser reconocido con generosidad, razón por la que me referiré en esta columna a la ya prestigiosa Institución Universitaria de Colombia, con la salvedad de no ser este un artículo solicitado, como tampoco que esté busca de contraprestación alguna, sino que profeso especial afecto hacia ella, al haber cursado mi mayor hijo en esa Universidad su especialización en Derecho Administrativo y Contractual con soportado significativo aprendizaje; porque lo bueno se exalta; y, ser producto de lo que veo de ella en su trayectoria, aunque corta en el tiempo, apenas algo más de dos lustros, ha sido lo suficientemente fructífero su hacer en beneficio patrio, tal se comprueba en las realidades y proyecciones que encarna, una de las maneras mejores de hacer crecer un país.
Bajo la orientación magnífica del Doctor Carlos Moreno de Caro, excelente cuerpo de docentes, investigadores y administradores de primera condición, nació para Colombia un 3 de junio de 2010, y nos ofrece carreras profesionales para ser cursada en tres años, programas académicos atendiendo las necesidades del mercado laboral y académico, siendo ellos administración de empresas, arquitectura, comunicación social, contaduría pública, derecho; ingenierías de sistema, software e industrial; y, psicología.
Cuenta igualmente con disciplinas técnicas laborales, posgrados, centros de estudio, educación continua, laboratorios especializados de última tecnología y herramientas necesarias e innovadoras para enriquecer la experiencia de las prácticas en cada una de dichas carreras, bienestar universitario, observatorios, consultorios, publicaciones y radio universitaria, entre otros. Es un centro académico para gente luchadora sin duda, que busca cumplir sus sueños y en correspondencia con lo cual, brinda matrículas económicas enhorabuena y la mayoría de sus estudiantes se encuentran becados con un 50% en sus estudios; al tiempo que ofrece financiación con amplias opciones de pago; solicitudes, requerimientos, citas; saber pro y otras muchas ventajas comparativas y competitivas que la hacen en realidad y verdad una universidad con pasión por y para triunfar, en la verdad de haber entendido como comprendido sus creadores que debe estarse para cambiar y transformar desde la educación popular, para que pese infinitamente a través de su razón de ser, mirada y pensamiento crítico, trascendencia y discernimiento, junto a otras posibilidades razonadas más allá de toda parafernalia y toda inanidad.
Es esta institución universitaria una grande aportación para el país. Con apenas más de un decenio de funcionamiento, tiene ya ganado a pulso un espacio en los lugares mejores de nuestra educación superior. Fue gestada por su creador con la intención de construir para la patria un superior ser, hacer y quehacer educativo, académico y cultural, consciente de la existencia de problemas de definición a dicho tenor, y que había en consecuencia que hacer necesariamente algo positivo en provecho y beneficio de ese constructo.
Significa esta universidad de esencia y orientación eminentemente popular, que debe crecer para la vida del país y de las instituciones educativas, en la certeza que es vital sobremanera el papel de la educación para la creación de un nuevo país, de un nuevo ciudadano, de una nueva revolución intelectual, con pensadores comprometidos. Docentes, investigadores e intelectuales divulgadores que, como personas superiores en su contenido, reflexión y racionalidad, ayuden también a esta gesta concebida como misión educativa, fundada en la absoluta convicción que las transformaciones de una sociedad pueden realizarse desde la educación, como un impulso y como un proyecto de la inteligencia, que hagan realidad transformaciones integrales de la sociedad; pero, sobre todo, una radical metamorfosis de nuestros ciudadanos.
Convoca esta universidad en observancia de la realidad política y social que vivimos, a que seamos como sociedad trabajadora, que en la búsqueda y procura de alcanzar mayores niveles de civilización, integración y cohesión social, lo hagamos desde el aula, ya que el trabajo de esta institución Popular, pensado como acto civilizatorio, es construir un nuevo colombiano, un actor racional, sano, alejado de los vicios y consciente del papel que le corresponde dentro de la sociedad, con impulso de renovación y de regeneración que hagan vislumbrar un porvenir pleno para una Colombia que surja de una superior educación.
Es trascender el ámbito de los vaivenes políticos, de las nefastas narraciones bélicas, observando con sindéresis cierta la multiplicidad de fenómenos que nos puedan potenciar. Se trata de Insertarnos poderosos narrativamente en contextos urbanos y sociales como estandartes del conglomerado nacional multifacético que somos. Loor y larga vida a la Institución Universitaria de Colombia. saramara7@gmail.com