Ruben Darío Ceballos Mendoza

Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza*

Cada palabra que largaba el Ministro de Cultura referida a los 500 años de fundación de la ciudad de Santa Marta, lograba descomponer el rostro de los asistentes en dicha reunión, en la que se creía iba a ser un acercamiento formal y protocolar, para ayudar y reforzar por parte de dicha cartera a la celebración de tan importante efemérides, que quiérase o no constituye un hito histórico para nosotros, Colombia y el mundo; pero el protocolo quedó esfumado ante lo expresado por el funcionario en comento, quien sin respeto alguno por la ley de honores ya existente, disparó con desconocimiento histórico respecto de la celebración que se avecina y esperan los samarios con expectación, sea un festejo en grande.

Retrató la celebración de manera humillante, con un calibre en sus palabras que han provocado la manifiesta desaprobación de academias, académicos, profesionales, asociaciones culturales, estudiosos e historiadores, quienes lo han replicado y señalado con reciedumbre su incultura histórica, así como su falta de talante, talento e insensibilidad. Fue lo suyo una simple reproducción del discurso de la máquina del poder actual contra todo y contra todos, un todo amorfo, triste, gelatinoso, ruin y malvado, que son las relaciones públicas y todo tipo de comunicación que manejan y ponen al servicio del mandatario central, esta vez en detrimento de una ciudad hidalga como Santa Marta.

Un Ministro de Cultura debe ser culto, o al menos parecerlo, pensante, erudito si se quiere, ubicado siempre en los saberes, conocedor de las idiosincrasias de los territorios de su país y nunca ser ignorante de ellas, sino enterado del valor de sus convicciones y la decencia que debe ser cuando se está en representación de un gobierno. Pero todos lo sabemos, eso no imperó.

Es la nuestra, sin entrar en pros ni contras, una celebración de la razón histórica que debe ser recordada siempre para que se consolide la idea de estar siempre atentos y en trenza de contactos respecto de lo que la historia ha o no aportado y desde ese ejercicio definirnos bien y mejor en nuestro ser, hacer y quehacer responsable y comprometido con lo que debe ser nuestra historia por venir en contexto prospectivo y estratégico en beneficio de colectiva conveniencia y como proyecto de la ciudad mejor que entre todos debemos seguir ideando, pariendo, construyendo, afianzando y encauzando; proyecto que debe seguir siendo fiel y sin tropiezo para hacer de Santa Marta la grande ciudad que merece ser al servicio de la gente y en tejido de universalidad .

Ministro, gracias por darnos a conocer desde su servilismo, que no contamos con el poder central, lo que no me extraña ya que ha sido norma de este gobierno tratarlo todo con malsana provocación, lejos de las verdaderas realidades nacionales, involucionando y mal pontificando sin soporte alguno sobre lo divino, lo humano y hasta lo sideral, creídos de ser poseedores de la verdad revelada, amparados en ideologías, numerologías y tantos más malsanos etcéteras. O sea, lejos de las certezas, lo edificante y lo positivo; pero muy cercanos a desafueros, desmanes, incertidumbres, dudas permanentes, incredulidad y perdida de todo norte. Viven ustedes poniendo en duda todo, generando angustias, abusando y sumando odios y fijaciones, sin entrar siquiera a intentar reconocer, conocer y entender lo de los demás.

Hoy sabemos mejor lo que ya percibíamos, que no están ustedes al servicio de nadie sino al de sus propios intereses, la polarización y el odio, nunca al servicio de la gente, sino de un poder privilegiado, restringido para repartírselo como lo vienen haciendo para unos pocos y acumulando dividendos pensando en mantenerse en él, en el entendido y la comprensión que el poder corrompe y a más poder o más dinero, más corrupción, lógica que lleva al carrusel de los depredadores.

Como mensaje quiero decir que no todo está perdido, que no todo es derrumbe, que juntos podemos con esta celebración y que tenemos sí o sí que demostrar nuestra casta, y decirle sin metáforas sino con realidad al país y al mundo de que estamos hechos y que superviviremos a lo hermoso de los sueños, de las posibilidades y que las probabilidades del mundo están abiertas y disponibles para nosotros. Trabajemos en ello. Avante hacia la infinitud de rumbos sin condicionamientos ministeriales, sino tras un puro horizonte de eventos infinitos.

*Jurista. Columnista. rubenceballos56@gmail.com

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