Por: José Manuel Herrera Villa*
Los Incentivos, son aquellos que se proponen estimular o inducir a los trabajadores a observar una conducta determinada que, generalmente, va encaminada directa o indirectamente a conseguir los objetivos de más calidad, cantidad, menos coste y mayor satisfacción; de este modo, se pueden ofrecer incentivos al incremento de la producción, siempre que no descienda la calidad, a la asiduidad y puntualidad (premiándola), al ahorro en materias primas; estímulo que se ofrece a una persona, grupo o sector de la economía, con el fin de elevar la producción y mejorar los rendimientos; también, parte variable del salario o un reconocimiento que premia un resultado superior al exigible.
El trabajo debe incentivarse siempre como norma general, toda vez que con ello se crece económicamente, y se genera, además de desarrollo, progreso y bienestar; razón para impulsar decisiva y decididamente el empleo juvenil, amén de instaurar e incentivar políticas y medidas en tal sentido e igual dirección que inviten a formarse y procurar empleos. Es reforzar los distintos sectores que fungen como motores de empleo, así como dirigir esfuerzos por hacer encajar los perfiles que requieren las empresas con lo que se enseña académicamente, en ruta a articular lo cual con la realidad del desempleo como mecanismo para reducir las desigualdades y facilitar el acceso a la propiedad privada.
No se trata de desarrollar medidas de corte electoralista, sino de potenciar la cultura del esfuerzo, perseverar en la reducción del fracaso y el abandono escolar detectando situaciones de desigualdad y pobreza, allanar el acceso a la universidad con matrículas accesibles y becas, redoblar el esfuerzo por dar prestigio a los estudios y hacer posible formarse y trabajar a tiempo parcial como vías validas, posibles, factibles y probables, en lo que ayudaría con suficiencia adelantar serias y efectivas políticas de inserción laboral, extender la formación, generar reformas en profundidad de las oficinas públicas de empleo, a fin que fomenten como es debido la colaboración público/privada.
En cuenta debe tenerse que el objetivo de los incentivos, es mejorar el nivel de desempeño de los empleados, pero para que éste se lleve a cabo es necesario que los planes reúnan características tales como beneficiar tanto al trabajador como a las entidades, planes explícitos y de fácil entendimiento para los trabajadores, tener la capacidad para llevar el control de la producción dentro de la empresa, motivar al empleado a ser lo más productivo posible, promover el aumento de la productividad del recurso humano a través de más y mejor educación, disponibilidad de equipo, etc; retener el personal valioso, desalentar a los trabajadores indeseables de que permanezcan en la empresa, atraer el mejor recurso humano disponible en el mercado, ahorrar cuanto sea posible, especialmente en lo referente a cargas sociales y gestión de algunos beneficios particulares, tales como seguros, pensiones, etc.
Dentro de sus ventajas podemos decir que los incentivos enfocan los esfuerzos de los empleados en metas específicas de desempeño. Proporcionan una motivación verdadera que produce importantes beneficios para los empleados y la organización. Los pagos de incentivos son costos variables que se alcanzan con el logro de los resultados. Los salarios base son costos fijos que en gran medida carecen de relación con el rendimiento. La compensación de incentivos se relaciona directamente con el desempeño de operación. Si se cumplen los objetivos de operación (Calidad, Cantidad o Ambas), se pagan los inventivos; de los contrarios, se retienen los incentivos. Los incentivos impulsan el trabajo en equipo cuando los pagos a las personas se basan en los resultados del equipo. Los incentivos son una forma de distribuir el éxito ente los responsables de generarlo.
*Profesional en Administración y Finanzas. Especializado en Auditoría Integral. Formulación, Evaluación y Gerencia de Proyectos de Desarrollo