Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza*

Cuan interesante fuera que nunca más nos viéramos inmersos directa ni indirectamente en administraciones donde nada de lo prometido se cumpla; razón por la que debamos reflexionar respecto de lo que mejor deba ser para nosotros como pueblo y entrar a entender todo cuanto ello implica como tarea, a fin que las esperanzas no queden en el aire, sino que sembradas sean y cosecharse puedan. No podemos estar eligiendo personas para que se envanezcan, se tornen autoritarios, acudan a la vindicta y no honren su deber ni sus obligadas funciones.

Entendemos, ni más faltaba, que los gobernantes no son magos, ni quienes todo lo solucionaran; pero sí, quienes deben facilitarle a la sociedad en su conjunto los sólidos apoyos que menester fueren y centrar sus esfuerzos de manera concreta para otorgar mejores oportunidades a los más vulnerables, así como atender con eficacia lo judicial, educación, salud, inversión, justicia social; dejar de regular abrumadoramente, amainar la burocratización; y nunca entorpecer en manera alguna manera el esfuerzo de los ciudadanos y la comunidad, y antes por el contrario apoyarlos en sus iniciativas, especialmente cuando sean mayormente benéficas en sus beneficios colectivos, lo que permitirá a través del ejemplo que se sigan adicionando otras muchas en esa dirección, con lo que ganamos todos sin excepción.

Los dirigentes no es que tengan la obligación de darle gusto a todas y cada una de las personas; pero sí, encontrar y facilitar los caminos mejores y los espacios de diálogo que permitan oírnos, escucharnos, hacer de estas actuaciones algo que sumar podamos a nuestras costumbres políticas, a efecto de obtener como resultas de lo cual, la capacidad para entre todos encontrar las sendas mejores que señalen un mejor porvenir, basado lo cual en que todos veamos en ello una sana manera de avanzar con dignidad y mejorarse puedan empleos, ingresos, ahorros, esfuerzos, inversión nacional y extranjera, hacernos visibles en la comunidad de naciones, tener un importante escenario laboral, seguridad social,  educación de calidad, hacer más y mejor las cosas día tras día, lo que se alcanza y logra liberando a tope el esfuerzo individual y potenciándonos colectivamente.

Es adentrarnos de lleno en la buena política, situarnos por encima del interés propio, de grupos o sectores; acercarse a la gente, ética nacional. Y esto era fundamental para mantener el norte en algo que mantener un norte, combatir a fondo la corrupción, en la búsqueda y procura de superar la ya añeja situación económica y social de suyo complicada como la que seguimos viviendo y padeciendo, resultado de los absurdos manejos en el pasado y la triples crisis sanitaria, económica y social generada por la pandemia, en la convicción inalterable, inmutable e invariable que debe acompañaros siempre y por siempre respeto de creer e invertir en el futuro de los pueblos como uno de los mejores objetivos posibles y probables. La unión hace la fuerza, de ahí la necesidad de unirnos en una amplia campaña de confianza en nosotros mismos, que permitirá no solo transitar juntos todos los senderos por escabrosos que sean, sino ir sembrando realidades en beneficio colectivo. rubenceballos56@gmail.com *Jurista

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