Por: Blaicer Moreno Córdoba*
Importa hoy e importará mañana y siempre la búsqueda y procura de una vía que nos lleve con prontitud hacia un agro sostenible y empresarial, en lo que es fundamental centrarnos en aspectos clave como empleo, trabajo, tecnificación, diversificación de cultivos, agroindustria y formación técnica, lo mismo que observar y preocuparse de los desafíos que tienen las industrias agrícolas, pecuarias y de cómo poder transformarla por medio de la tecnología, al tiempo de ver como incentivar la mano de obra, dado que en la actualidad (asunto para observar de cerca), los hijos del campesino no quieren quedarse laborando en el campo, prefiriendo obtusamente entrar a la informalidad en centros urbanos más poblados o en las ciudades capitales del país.
Disponibilidad de mano de obra y necesidad de educación técnica son temas cruciales, más cuándo hay hectáreas suficientes y aptas para las tareas del campo, lo que presenta una oportunidad más que significativa para incrementar la productividad del agro, requerida de formación y preparación de la fuerza laboral, a lo que adicionarse debe una importante infraestructura, como carreteras y vías terciarias, conectividad vial y digital para ser competitivos nacional e internacionalmente y para que no se siga limitando el tan necesario potencial agropecuario.
Importa mostrarse. Crecer agroindustrialmente. Que las empresas del sector asuman banderas. Que la institucionalidad use más las UPRA (Unidades de Planificación Rural). Que exista una gran responsabilidad social. Que se formalice su hacer y quehacer laboral. Esencial es igualmente, identificar plenamente la vocación agropecuaria. Financiar al campesinado. Focalizarse en aumentar la productividad de nuestros campesinos. Hacer de manera permanente un llamado a la inversión en la tecnificación en nuevas tecnologías, técnicas agropecuarias y la capacitación de la mano de obra, vital lo cual para aprovechar las potencialidades todas que entraña y entrega el campo.
Interesa definitivamente potenciar la agroindustria, identificar la vocación en este sentido, diversificar, evitar la dependencia de un solo producto, mejorar las condiciones de los productores, generar oportunidades para que los campesinos incrementen sus ingresos, lo cual requiere del apoyo estatal y del desarrollo de infraestructura adecuada. Clave como fundamental en términos de mano de obra la formación, capacitar al campesinado para que se adapten a las demandas del mercado, mejorar su productividad y competir en la cadena de valor global, en lo que es necesario fomentar la educación técnica y el acceso a financiamiento para que los pequeños productores puedan adoptar nuevas tecnologías y métodos de producción, proceso en el que el apoyo gubernamental tanto en términos de financiamiento como en la mejora de la infraestructura.
Necesitamos igualmente acceso a la educación enfocada en el agro para que haya relevo generacional, puesto que el desarrollo de la agroindustria no solo implica valor económico, sino también la creación de condiciones sociales y ambientales adecuadas. Agricultores y familias deben tener acceso a educación, salud y servicios básicos para que se sientan motivados a permanecer en el campo, incentivos sin los cuales los jóvenes seguirán emigrando a las ciudades, lo que pone en riesgo la sostenibilidad de la producción agrícola, siendo fundamental en consecuencia que las fincas se gestionen como empresas, con una administración eficiente que permita mejorar la competitividad, lo que para lograrse requiere una mayor articulación entre el sector público y privado, así como políticas que promuevan la inversión en infraestructura rural y el acceso a tecnologías que impulsen la productividad agrícola, en la verdad que necesitamos que los campesinos se vean como empresarios que van a crecer y estar en capacidad de expandir la producción agrícola.
*Administrador de Empresas. Conferencista. Columnista. Asesor y Consultor Político
