SAÚL ALFONSO HERRERA HENRÍQUEZ

Por: Saúl Alfonso Herrera Henríquez*

Viviendo estamos un enrarecido ambiente a todos los niveles en los más de los escenarios, lo que es preocupante sobremanera, requiriendo ello que nos ocupemos todos a una de su solución, ya que de no hacerlo, nos convierte irremediablemente en parte del problema, especialmente por cuanto afectando está de manera negativa, convivencia, solidaridad, cohesión social, tolerancia, integración, cooperación y respeto por la dignidad, a lo que se suman protervas opiniones que todo lo tergiversa, infecta y pervierte.

No hay respeto por el bien supremo de la libertad, la polarización camina rauda, lo dogmático se abre paso e impone en lo social y lo político. Moderación, racionalidad y tranquilidad en el debate, tienden a desaparecer, para dar lugar a dogmatismos asfixiantes que opacan todo atisbo de sagrada libertad. Pareciera que pecado fuera pensar por cuenta propia. Toda propuesta que no conjugue con los intereses de quienes detentan el poder, sufre sin análisis ninguno, rechazo y condena. Es un todo irracional, nada inteligente, caminamos por senderos estériles. Nada se debate y se sataniza todo lo que no está de acuerdo con sus intereses. Odio, polarización y agazapada la violencia se encuentran a la orden del día en todos los escenarios. Cero es el debatir de ideas y abundante como grosero y procaz dimes, diretes e insultos al más alto calibre.

Decadente el ambiente político, lo que amarga en materia grave el proceso democrático y así se ve venir el próximo acontecer electivo, lo que hace malsano y perverso sin duda lo que viviendo y padeciendo estamos, lo cual se agrava más aún por el manejo arbitrario, ilimitado e irresponsable que se registra en las redes sociales, donde campea la cobardía anónima que se agita con falsedades, injurias, mentiras y calumnias y desinformaciones.

En mora estamos que se imponga la libertad en todo su esplendor y por todo cuanto significa y entraña, se respeten los derechos de las personas, la dignidad comunitaria, el sistema democrático, lo que nos lleva a condenar con justicia y con razón todo asomo de totalitarismo y fuerzas oscuras, No estamos para perniciosas posturas ni atrocidades, más sí para coadyuvar con todo proceso de social progreso, desarrollo humano y equitativo, crecimiento económico, lo justo e inclusivo. Interesa que luchemos por romperle el espinazo a la pobreza en todas sus variantes, Que ayudemos a salvaguardar la democracia. Optar por sensatez, prudencia, cordura, sindéresis, sana convivencia, acuerdo, entendimiento y comprensión, entre otras muchas formas de social cohesión. Se trata de imponer la civilidad a todo cuanto represente odio y salvajismo.

Se avecina una oportunidad feliz para recomponer la senda que nos lleve a procurarnos mejores destinos para nuestras unidades territoriales, y es elegir las mejores opciones, no equivocarnos más, actuar con fe, hacer propósitos comunes, entender que está en juego propósitos esenciales para una mejor convivencia, en la seguridad que será para todos, esa gran victoria.

*Saúl Alfonso Herrera Henríquez. saulherrera.h@gmail.com *Abogado. Especializado en Gestión Pública. Derecho Administrativo y Contractual.

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