Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza*­­­­

Cerramos un año complejo para toda la humanidad, lo que constituye un desafío respecto de pensar cómo volver a la normalidad, cómo construir mejores realidades, pensarnos colectivamente, ser más solidarios, conjuntarnos, actuar sin egoísmos y nunca aisladamente, revisar nuestros desnudadas deficiencias sanitarias, económicas, sociales, políticas y gubernamentales. Hacer como pueblo lo que nos corresponde y en ello va la corresponsabilidad. Toca fortalecernos, poner de nuestra parte, no seguir fallando, como tampoco ser irresponsables con nuestra libertad garantizada. No son pocas las personas que, como si nada pasara, realizan reuniones, fiestas o hasta viajes; y tampoco son pocos los casos de personas arrepentidas por haberlo hecho y provocar contagios masivos en su círculo cercano.

La ciudadanía debe actuar con profunda responsabilidad, hacer nuestra parte, tomar con seriedad las medidas de bio-seguridad. Toca, itero, poner de nuestra parte. Es el compromiso y la responsabilidad para acatar las medidas sanitarias, no como castigo, sino como única posibilidad de evitar más contagios. Los trabajadores de la salud están agotados; más de ocho meses de combate a la pandemia, con descansos limitados, con comidas pocas, con distancia tanta con su familia y seres queridos y, aun así, en pie de lucha. Para ellos mi respeto y admiración profunda.

Fue el 2020 un año en el que todo se detuvo, por lo que deseamos que los nuevos días signifiquen ánimo, entusiasmo, esperanza, aliento, impulsarnos, retomar la marcha, avanzar, entender que estamos hoy de nuevo en un lugar lejano a la discusión del acceso a nuestras libertades, planteando de nuevo soluciones que nos aseguren en los entornos más cotidianos.

Tenemos que entender que estamos en alerta, que la ciudadanía y comunidad deben responder, que seguimos en emergencia, que nuestra participación debe ser mayor, que es urgente que la población sepa de su responsabilidad, que hay un cambio y es este cambio en donde tenemos que apelar por cuenta propia a la conciencia ciudadana, a la participación ciudadana de manera activa.

Hay una diferencia entre lo que podemos hacer y lo que debemos hacer. Una de ellas es atender que los contagios no cesan y sus consecuencias tampoco. Hacer solo actividades esenciales, saber utilizar nuestra libertad, salir de manera responsable, evitar reuniones y aglomeraciones.  Nos toca a todos apoyar para que las rutas que se trazan tengan buen término. Es momento de hacerlo. rubenceballos56@gmal.com *Jurista

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