JOSE GUILLERMO CLARO PENNA

Por: José Guillermo Claros Penna*

Gobernar para todos, en lo que inmerso está la capacidad de gestión, implica abarcar todo el espectro político, gobernar sin prejuicios, con responsabilidad y ojalá prefiriendo a los más vulnerables. Es tener claro los propósitos, qué se pretende y cuáles son las prioridades. La estrategia o conjunto de líneas y pasos que se van a seguir para conseguir el fin. Cultura, valores y estilos de gestión que mejor favorecen los objetivos. La estructura para situar a las personas más capacitadas y conformar los equipos humanos y materiales más adecuados para alcanzar los objetivos que se tienen. Ejecutar, evaluar y corregir de manera permanente y continua para no desviarse de lo primero.

En esto de gobernar bien y para todos no es dable dirigir en el vacío, ni gestionar de forma neutral, sino poner en el centro a las personas y sus necesidades. Desde el momento mismo que comienza la administración hay que optar permanentemente por marcar prioridades y saber elegir. Construir colectivamente en los equipos que gestionan. Hacerlos diversos y darles libertad para que expresen las diferencias y habilidad para hagan de ellas una riqueza. Rodearse de personas críticas y diversas que proporcionan equipos más sólidos y creativos capaces de superar situaciones difíciles. No pasar por encima de los principios de los demás. No confundir la fidelidad a quien dirige un equipo con la lealtad a los proyectos. Importante todo lo cual en los momentos que vivimos.

Necesitamos que se gobierne para todos bien y mejor, más por cuanto las condiciones materiales de vida empeoran, a juzgar por las cifras, datos, estadísticas y demás guarismos que se manejan y muestran a las claras que aumentan pobreza, inequidad y desigualdad, arrojando precariedad.

Las posibilidades para conseguir tasas de crecimiento exiguas pasan por convertir en mercancía aquellos espacios por fuera de la maximización del capital: sanidad, educación, cuidados, seguridad, recursos naturales, territorio, agua… y también los nuevos negocios que se derivan de la bajada de materias primas y crisis climática, la precarización de muchas personas y la destrucción del territorio rural y urbano que avanzan con rapidez.

Gobernar bien y para todos es también anticiparse con una política centrada en las personas, de lo contrario lo hará el mercado al que no le importan las personas lo más mínimo. Esta realidad no es agradable, pero importa hacerlo para saber qué es gobernar y con qué prioridades se gobierna para todos. Gobernar es administrar permanentemente bienes escasos y finitos para asegurar su distribución justa, prudente, y cuidar que los bienes fondos, que permiten la producción de bienes y servicios no se destruyan o agoten.

Es encontrar un acuerdo, un consenso general que permita una política, acción o propuesta del gusto de las partes, aunque en realidad no todo es una situación de ganar-ganar; por ello, no podemos dejar de mirar que luchar contra la pobreza es lo mismo que luchar contra la excesiva riqueza, que garantizar el derecho a la vivienda, el acceso a la energía, alimentación saludable o al trabajo, implica ponerle freno a la especulación, parar la mercantilización de todos los bienes comunes y poner en marcha políticas redistributivas.

Gobernar y gestionar bien y para todos es priorizar, administrar la escasez y decidir. Disputar el sentido común, de forma que la cultura del reparto, la solidaridad y el cuidado puedan funcionar como un seguro de vida, sobre todo para quienes son más vulnerables. Es imprescindible que haya en las instituciones opciones que disputen con claridad y firmeza, en el discurso y en la práctica, esa visión del gobernar bien y mejor para todos.

*Profesional en Ciencia Militares. Administrador de Empresas. Abogado. Candidato a Doctor en Derecho. joseguillermoclarospenna@outlook.com

TEMA ENLAZADO: GOBERNAR PARA TODOS (I)


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Un comentario en «GOBERNAR PARA TODOS (II)»
  1. Excelente artículo que nos llama a la reflexión, nos genera esa buena crítica que debe ser objetiva, que nos permita entender el papel que deben desarrollar nuestros gobernantes y actuar en consecuencia PARA GOBERNAR BIEN Y PARA TODOS.

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