JOSE GUILLERMO CLARO PENNA

Por: José Guillermo Claros Penna*

Gobernadores y alcaldes tienen tanto el deber ético como democrático y la obligación constitucional y legal de gobernar para todos y no en favor de copartidarios, amigos, familiares, grupos, movimientos o partidos políticos. Gobernar para todos traduce y suele relacionarse con la capacidad de gestión, puesto que lo que hace falta es una buena gestión y no demasiada ideología, que es lo que siempre deberíamos escuchar de sensatos representantes de todo el arco político.

Gobernar en favor de la gente significa y significará siempre la búsqueda y procura de la coordinación y colaboración interinstitucional con los demás entes del Estado; pero sobre todo, mucho diálogo social con la ciudadanía y comunidad de manera directa como a través de sus representantes y voceros autorizados, en ruta a poder avanzar en mejor forma en todo cuanto significa desarrollo, crecimiento, progreso, bienestar, prosperidad y para alcanzar las soluciones mejores a los diversos problemas estructurales y sociales de la gente; razón por lo que es un desacierto y más que ello craso error, hacer mutis por el foro frente a los mismos, evadirlos, eludirlos, “protegerse” como el avestruz acudiendo al silencio, señalando o descalificando los reclamos que, con todo derecho democrático, hacen las personas a lo largo y ancho del espectro nacional.

En los cargos gubernamentales, tienen quienes los ostentan, proponer y facilitar mecanismos de diálogo con los distintos como diversos sectores de la población, Comprometerse con lo que se sabe que se puede cumplir y no hacerlo con lo que no se puede realizar, lo que denota honestidad personal y administrativa pública, que es tener un comportamiento de respeto y colaboración armoniosa, sin que en medio de la diferencia, preocupen preferencias electorales o políticas, ya que antes que nada y primero que todo deben estar por encima los intereses superiores de la comunidad, que no los particulares o de grupo, lo que lleva al respeto y a la colaboración recíproca.

Deben los gobernantes territoriales, realizar una política de diálogos sociales, con la presencia de los gobernadores, alcaldes, concejales, diputados departamentales y voceros de las comunidades urbanas y rurales que conduzcan a acuerdos con compromisos públicos, bajo el direccionamiento de jalonar todos hacia un mismo objetivo, y hacerle en lo sucesivo a los compromisos que se suscriban, por parte de todos los intervinientes, ciudadanía y comunidad en general, seguimiento y control, a efecto de asegurar el cumplimiento de lo pactado.

Gobernantes regionales, sectores sociales y empresariales, constituyen y se refieren como los grandes y mejores aliados para el éxito de la gestión de gobierno al servicio de la gente, tanto en la aplicación y puesta en marcha de sus planes, proyectos y programas, así como en el desarrollo de la ejecución presupuestal.

*Profesional en Ciencia Militares. Administrador de Empresas. Abogado. Candidato a Doctor en Derecho. joseguillermoclarospenna@outlook.com

TEMA ENLAZADO: GOBERNAR PARA TODOS (II)

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