Por: Francisco Javier Vásquez Atencio*
La capacidad de entendimiento es la que tiene la mente de una persona para discernir cómo se relacionan entre sí las partes formativas o aspectos informativos de un asunto cualitativo e integrarlas. Capacidad para aprender el concepto o sustancia subyacente en un objeto. Entendimiento, es la facultad de la mente que permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidad, así como la capacidad de pensar y obrar con buen juicio, prudencia, reflexión, sensatez y responsabilidad.
Así las cosas y puestos en nuestra realidad, bien podemos decir a ciencia y conciencia, que tenemos que hacer la política de manera moderada, inteligente, lo que indica que las políticas no se deben ni pueden hacerse pensando en una mayoría social o en una porción social que garantice las mayorías necesarias en la política democrática, sino que hay que encaminarlas definitivamente al conjunto de la sociedad, a fin de ganar todos y no solo unos pocos, ya que de eso no se trata, ni es el fin último de la política en su deber ser.
Las políticas fijadas en las personas buscan solo buscan un punto de encuentro entre actuación pública y aspiraciones, que es el sentir social de las personas, encuentro no puede ser el resultado de una pura adaptabilidad conveniente respecto de las demandas sociales de ahí que conducir las actuaciones políticas sobre la base de las particulares aspiraciones de los diversos sectores sociales, es caer directamente en otro tipo de practicidad y de tecnocracia que es en la actualidad de común suceso, como es reemplazar a los gestores económicos por los investigadores sociales.
La investigación social es ese conjunto de técnicas para conocer mejor a la sociedad en su conjunto, en sus diferentes segmentos, lo que es un factor más para abrirse a la realidad; y, la gestión económica correctamente considerada, es un elemento puntual de eso complejo que llamamos eficiencia (capacidad para realizar o cumplir adecuadamente una función), siendo claro que ninguna de las dos reemplaza al discurso político, puesto que la deliberación sobre los grandes principios, su explicación en un proyecto político, su traducción en un programa de gobierno da esencia política a las actuaciones concretas, las cuales cobran sentido en el conjunto del programa, y con el impulso del proyecto, lo que debe tenerse siempre en cuenta y no perderlo nunca de vista.
Las políticas deben hacerse siempre a favor de las personas, de su autonomía, libertad y cooperación, darle espacio a quienes la adelantan, incitar y propiciar su libre ejercicio, fomentar la acción social y libre iniciativa como verdades que el pensamiento compatible asume como integradoras de una realidad única y no como realidades contrapuestas; de ahí que bueno sea insistir en que las políticas moderadas no deban hacerse pensando en una mayoría social, en un segmento social que garantice las mayorías necesarias en la política democrática, sino en el conjunto de la sociedad, a efecto de convocar a la mayoría social, misma que ubica libertad, tolerancia y solidaridad entre sus valores primordiales, en oposición a todo cuanto fragmenta y divide.
Francisco Javier Vásquez. francisco.vasquez.atencio75@gmail.com @franvasquez06 Administrador de Empresas. Especializado en Recursos Humanos. Especializado y Magister en Gerencia Social