Por: Iván Meneses. Periodista.
La vida es como un viaje en un tren, con sus estaciones, sus cambios de vías, sus accidentes. Al nacer nos subimos al tren y nos encontramos con nuestros padres y creemos que siempre viajarán a nuestro lado, pero en alguna estación ellos se bajarán dejándonos solos en el viaje. De la misma forma se subirán otras personas, serán significativas: nuestros hijos, esposa, amigos y hasta el amor de nuestra infancia.
Muchos bajarán y dejarán un vacío permanente, otros pasan tan desapercibidos que ni nos damos cuenta que desocuparon sus asientos.
Este viaje estará lleno de alegrías, tristezas, nostalgias fantasías, fe, esperas y despedidas.
El éxito consiste en tener una buena relación con todos los pasajeros, en dar lo mejor de nosotros. El gran misterio para todos es que no sabemos en qué estación y cuándo nos bajaremos, por eso debemos vivir de la mejor manera, amar, perdonar, ofrecer lo mejor de nosotros, así, cuando llegue el momento de desembarcar y quede nuestro asiento vacío, dejemos bonitos recuerdos a los que continúan viajando en el tren de la vida. Te deseo que el viaje en tu tren para este año que llega sea mejor cada día, cosechando éxitos y dando mucho amor. ¡Ah!, doy las gracias a Dios por amarme y perdonar mis pecados, y a todos por ser pasajeros de mi tren, al cual poco a poco estoy abandonando dejándoles para muchos, alegrías y para pocos tristezas.
(Palabras de reflexión).