Por: Gustavo Adolfo Márquez Hernández*
Carlos Hernández llegó a las grandes ligas gracias a su conocimiento en estos insectos. Hizo parte del último documental de la casa del ratón llamado ‘Bichos’. En sus primeros años de universidad, estudiando Biología en los Andes, e incluso ya graduado y con su cartón debajo del brazo, Carlos Hernández nunca pensó que ese amor por la naturaleza lo iba a llevar a trabajar para National Geographic, una de las compañías más importantes en el mundo de las ciencias naturales. Para él, estudiantes de carreras audiovisuales o de fotografía serían los que tendrían más chances; pero como si hubiese estado destinado para ese trabajo, arribó al canal estadounidense en 2014 y se convirtió en otro “conquistador” colombiano en Disney y Nat Geo, empresas que cualquier persona querría tener en su hoja de vida.
Gracias a su conocimiento en las abejas de las orquídeas, una especie que habita desde el norte de México hasta Argentina, fue contactado por los productores de National Geographic para llevar a cabo un proyecto que ya está disponible en la plataforma Disney Plus, y que da cuenta de lo necesario que fue su papel. El documental se llama ‘Bichos, una verdadera historia en miniatura’ y él, como un encantador de abejas, hizo parte del segundo episodio nombrado ‘Bienvenidos a la Jungla’.
Su familia, la razón para querer ser biólogo. Desde muy pequeño, Carlos Hernández ya tenía claro que su vida profesional quería inclinarla por el mundo de la biología. Nació en una familia que se dedicaba a la ciencia, por lo que para él fue “natural” ver el estudio de la biodiversidad como un estilo de vida. Creció rodeado de los documentales de National Geographic, de Discovery Channel y de Naturalia, el recordado programa de Gloria Valencia, y estar rodeado por plantas y animales era su lugar feliz. “Desde sexto o séptimo grado ya sabía que iba a estudiar algo así como biología” comentó para Las Dos Orillas.
Así fue como ingresó a la Universidad de los Andes a estudiar precisamente eso, Biología, y luego fue migrando hacía otros estudios como la Antropología. Allí obtuvo su pregrado y luego en la Javeriana obtuvo su Maestria, momento en el que, picado por la curiosidad, se animó a aprender algo nuevo y se fue a estudiar afuera del país. “Tomé la decisión de estudiar en Costa Rica, exclusivamente, insectos y peces con el profesor Paul Hanson; y eso me cambió absolutamente el panorama porque yo distinguía muy pocas cosas y después me convertí como en un referente que sabía de insectos”, contó.
Esa decisión fue como un detonante para su carrera, pues luego, Santiago Ramírez, un biólogo especializado que estaba realizando un doctorado en Harvard, lo fichó como un apoyo y se convirtió en su director de tesis. Allí, trabajando para él, fue que empezó a conocer muchos más sobre las abejas de las orquídeas, el animal que lo llevaría a ser parte del proyecto ‘Bichos: una verdadera historia en miniatura’ de Nat Geo y Disney. “Fue gracias a animarme a aprender algo nuevo que terminé trabajando en Harvard y luego con documentalistas ingleses” afirmó.
El correo que puso al colombiano en Disney y Nat Geo. Lejos de postularse a trabajar para el proyecto de Disney, fueron los encargados de la producción quienes le escribieron. Los documentalistas se acordaron de la historia de las abejas de las orquídeas y se contactaron con especialistas, entre ellos Santiago Ramírez, tutor de Carlos, quien se encontraba ocupado y recomendó al biólogo bogotano. “Desde National Geographic me escribieron –Hola, Carlos. Santiago Ramírez te referenció ¿Tienes tiempo para hablar? ¿Conoces estas abejas?- Y yo –Claro-. Así fue que terminé conectado en 2014 y me han seguido llamando para seguir haciendo estas filmaciones”.
Fue entonces cuando se convirtió en la mano derecha de camarógrafos y productores, pues su aporte se basó en aclarar qué se podía grabar y qué no. Filmar animales no es como filmar humanos, se requiere de elementos, de espacios y, casi siempre, de algo de suerte, por lo que él fue ese intermediario entre los insectos y la producción. “Mi labor fue ayudarles a entender qué era factible filmar, en qué momento del año y con qué especies. Después organizar toda la logística de cuándo ir a campo y, ya en campo, cuidar a las orquídeas, llamar a las abejas, y que cuando hubiera la interacción, se pudiera grabar de la mejor manera”
La filmación duró aproximadamente 16 días, después de un arduo trabajo de preproducción en el que se eligieron las locaciones y, por supuesto, la historia que se quería contar. La mayoría de las imágenes que se ven en el documental se tomaron en el Magdalena Medio, en Colombia, y él fue el encargado de ‘domar’ a las abejas, poniendo ciertos perfumes para que los insectos se acercaran al lugar esperado y pudiesen ser grabados.
“Las abejas de las orquídeas tienen un comportamiento distinto a las demás abejas. No tienen colmena, no hay reina, por lo que se reproducen. Para poder hacerlo, los machos necesitan hacer un coctel de perfumes de distintas fuentes para que funcione como feromonas. (…) Así es como uno utiliza los perfumes. Se ponen perfumes sintéticos como eucalipto, cosas que están en las plantas; y cuando se pone ese perfume los machos llegan a ese lugar porque creen que es un hongo o una planta. Llegan y así es como se graban” explicó.
Y no para de estudiar. Después de trabajar con National Geographic durante varios años, en la actualidad Carlos Hernández se encuentra estudiando en la Universidad de Lund, en Suecia, llevando a cabo un proyecto que tiene como protagonistas a los indígenas de nuestro país. “Ahora trabajo más en conservación y en estudios de sostenibilidad con comunidades indígenas, estudiando sobre el conocimiento ancestral».