Por: Rafael Robles Solano*
Con este titular, expongo someramente mis reflexiones en relación al tema aludido, porque estimo que es de vital importancia analizarlo, para deducir conclusiones solidas en lo referente a la crisis de principios y valores que atentan contra la ética, como consecuencia de la generalizada corrupción que azota a nuestra sociedad contemporánea. Pues permite facilitar la comprensión de muchos acontecimientos actuales y sorprende qué en el mundo moderno y de hoy, tan cargado de información de todo tipo y para todos los gustos, sigamos adoleciendo de una sólida estructura educativa y formativa con respecto a la educación.
Aprovecho estas líneas para llamar la atención de nuestros educadores, en lo atinente a que en pleno siglo XXI, sigamos arrastrando aquellos errores pedagógicos y limitando la formación de nuestros jóvenes a la tradicional y obsoleta enseñanza de antaño, afirmación que es incontrovertible, tanto en la básica primaria, como en la secundaria y en la universitaria, consistente en apreciar y valorar el rendimiento de los estudiantes, calificándolos solo por los resultados, donde se continúa privilegiando la memorización de los textos puestos a sus conocimientos, pero se desestima la posibilidad de razonar, de resolver los temas puestos a su consideración, despreciando el valor de la creatividad del educando o de consultar e investigar conceptos ajenos de otros autores.
Con fundamento en la introducción que acabo de exponer, me permito traer a colación denuncias globales en tal sentido, que vienen siendo expuestas y debatidas en ámbitos internacionales, promovidas entre otros, especialmente por parte del profesor e investigador en pedagogía educativa, del NATIONAL CENTER FOR TEACHING THINKING, de E.E.U.U., doctor ROBERT SWART, quien sostiene una dramática teoría, consistente en que: “la mayor parte de la población mundial, no sabe pensar adecuadamente.”
De otra parte, continuando con sus planteamientos, tenemos que dicho autor, estima que los planteles educativos deben fomentar la participación activa de los estudiantes, a la hora de aprender, y no seguir permitiendo que éstos sean sujetos pasivos. Es decir, deben propiciar que los mismos, sean capaces de pensar de manera crítica y no limitándose a recibir la información del docente como sucede actualmente. La clave, según él, radica en enseñar a las nuevas generaciones a: “pensar de forma crítica”.
En esta misma línea, Swartz cree que hay que fomentar la empatía los más pequeños, para que aprendan a valorar la opinión del otro, el trabajo en equipo y que sepan amoldarse a la mayoría.
Sus conceptos, por demás polémicos, se sustentan en que a su vez que la sociedad actual: no sabe usar racionalmente su mente por culpa, principalmente, de las secuelas pedagógicas del siglo XX, en la cual, aunque éste es completamente diferente a la de siglos anteriores, sigue sin cambiar la forma de educar a los más jóvenes.
Concluyo, reiterando el llamado de atención, para asumir la responsabilidad de fomentar el pensamiento crítico entre nuestros educandos, para que Colombia no siga siendo arrastrada hacia un país inviable como acontece en ésta época. lideresocial@hotmail.com *Secretario Ejecutivo LIDERESOCIAL
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