Por: Lorena Zea Muñoz*
El Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) ha definido Economía Verde como “aquella economía que resulta en un mejor bienestar humano y equidad social, reduciendo significativamente los riesgos ambientales y las escaseces ecológicas”. Importa lo cual, toda vez que el objetivo principal de la economía verde es buscar promover el desarrollo y la utilización de recursos de manera responsable, minimizando el impacto ambiental y fomentando la justicia climática y social desde la equidad e inclusión de las personas vulnerables; siendo sus ideas fundamentales, sus oportunidades de negocio que hacen hincapié en la creación de un medioambiente sano y en la promoción del bienestar de todos fomentando el uso de tecnologías y prácticas con bajas emisiones de carbono, y utilizando tecnologías basadas en energías limpias y renovables con lo que ayuda al medio ambiente, puesto que sus empleos contribuyen a reducir el consumo de energía, de materias primas y de agua, a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, a minimizar o evitar por completo todas las formas de residuos y contaminación, y a proteger y restaurar los ecosistemas y la biodiversidad.
Busca la economía verde un desarrollo con bajas emisiones de carbono, eficiente en el uso de los recursos y socialmente inclusiva. Entre nosotros, contempla las actividades económicas en las que se ofertan bienes o servicios, que generan impactos ambientales positivos y además incorporan buenas prácticas ambientales, sociales y económicas con enfoque de ciclo de vida, contribuyendo a la conservación del ambiente como capital natural, lo cual permite un crecimiento verde, mismo que es sustentable desde el punto de vista del medio ambiente, que consta de tres características principales: es eficiente en términos de costos, es limpio al minimizar la contaminación y es resiliente al apreciar el papel del capital natural en la prevención de los desastres naturales.
Un futuro verde propone ahorro de agua, reciclaje, replantea método de transporte, y más. Cuando se menciona el medio ambiente, hay tantos rubros con necesidad de ayuda que es posible que no sepamos por dónde empezar o qué acciones realizar, debiendo en primera instancia acudir a los tres pilares del desarrollo sostenible, por cuanto es evidente que dicho desarrollo en la actualidad se enfrenta a un desequilibrio en lo que respecta a lo económico, social y ambiental.
Importa la economía ambiental, subdisciplina económica que se centra en las implicaciones económicas y financieras de las políticas ambientales, por ser un área de la economía en constante evolución y cada vez más estudiada dado la urgencia de tomar acción contra el cambio climático. Es esta una economía inclusiva que resulta del mejoramiento del bienestar humano e igualdad social, mientras que se reducen significativamente los riesgos medioambientales y las distintas escaseces ecológicas, al tiempo que contribuye a mejorar el medio ambiente, que junto con la naturaleza debemos ciudad ahorrando agua, reduciendo su consumo y reutilizándola. Apagando luces y aparatos electrónicos cuando no los estemos utilizando para ahorrar energía, apostando por las energías renovables, usando medios de transporte públicos de bajo nivel de contaminación, entre otros cuidados.
Se relaciona la economía verde con el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza, mejorando nuestra capacidad para efectuar una ordenación sostenible de los recursos naturales con menos consecuencias negativas para el medio ambiente, el aprovechamiento de los recursos y rla reducción de desechos.”
Fue creada la economía ecológica por Georgescu Roegen (GR), considerado el padre de la economía ecológica moderna. Realizó una crítica crucial a la teoría neoclásica mediante la incorporación de las leyes de la termodinámica. Fue presentada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente – PNUMA, a finales de 2008, como un mecanismo integral y práctico de trabajo, que busca mediante el análisis y apoyo a las políticas de inversión incentivar los sectores verdes y cambiar los sectores económicos mediante proyectos verdes, que son aquellos que generan beneficios ambientales específicos, que deben ser evaluados y cuantificados.
Los emprendedores verdes buscan constantemente alternativas para reducir su huella de carbono, ya sea mediante el uso de energías renovables, la implementación de procesos más eficientes o la compensación de sus emisiones a través de proyectos de reforestación o compra de bonos de carbono. Promueve esta economía un mejor bienestar humano y equidad social, reduciendo significativamente los riesgos ambientales y las escaseces ecológicas, como quedo dicho líneas arriba, a la par que contempla las actividades económicas en las que se ofertan bienes o servicios, que generan impactos ambientales positivos y además incorporan buenas prácticas ambientales, sociales y económicas con enfoque de ciclo de vida, contribuyendo a la conservación del ambiente como capital natural que soporta el desarrollo. Incluye la economía circular, compras responsables, infraestructura verde, agricultura sostenible (agricultura regenerativa), reciclaje del carbono, cultura empresarial sostenible, energía renovable y economía colaborativa. Lo que impone su implantación, implementación y práctica masiva.
* Ingeniera Ambiental. Especializada en Administración Ambiental. Magister en Dirección Ambiental y Dirección de Proyectos. lorenazeamunoz@gmail.com