Por: Gustavo Tatis Guerra*
Gabriel García Márquez reveló a El Universal el origen de Melquíades, uno de sus personajes más enigmáticos y fascinantes. Conoce la historia detrás de esta creación literaria. El Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, reveló a El Universal el origen de su personaje Melquíades en abril de 1992. Melquíades es uno de los personajes claves de Cien años de soledad. Llega con su tribu a la aldea en marzo, fecha en que ocurren todos los milagros en Macondo, en un tiempo en que nadie es mayor de treinta años y donde no ha habido hasta ese instante un solo muerto. Es decir, Macondo antes de la escritura, la historia y la muerte. Aún las cosas tienen que nombrarse con el dedo porque carecen de nombre, mientras la tribu de Melquíades trae las noticias de las maravillas de los sabios alquimistas de Macedonia.
“Quiero contar un pequeño secreto que no he dicho nunca, y es que Melquíades, el personaje de mi novela “Cien años de soledad”, fue inspirado en Nostradamus”, esa fue la sorpresa que nos reveló Gabriel García Márquez dentro del barco francés Melquíades que atracó en el puerto de Cartagena de Indias en 1992.
“Mucha gente dice que yo tengo una gran imaginación, pero para los que viven en estos pueblos del Caribe, saben que esa imaginación es la verdad de la realidad. Yo hago la transposición poética de esa realidad. Un chofer me dijo un día: Gabo, cómo se te ocurrió escribir “Cien años de soledad”, sin haber hablado conmigo? Yo tengo historias mejores que esa. En Francia hay un autor que a mí me impresionó mucho: Rabelais, el autor de Gargantúa y Pantagruel, un autor de realidades desmesuradas.
Francia tiene héroes que se orinan sobre las catedrales. Creo que hay que reencontrar esa tradición que los franceses perdieron. Es asombroso que nos hayan traído una calle de París a través del Atlántico. Espero que traigan a bordo a Melquíades, no solo una calle de Francia, sino muchas calles”. Entonces García Márquez subió a escribir en la bitácora del barco de ese mes de abril y pintó una flor vertical, su nombre Gabriel, y dejó sobre el papel la fecha trastocada, a propósito. La misma del almirante: 1492.
Gabriel García Márquez jamás había compartido el secreto de cómo gestó a ese personaje clave e inolvidable de su novela. Lo supimos en aquella tarde del martes 14 de abril de 1992, en que arribó al puerto de Cartagena de Indias, el barco francés que llevaba el nombre de Melquíades. Un barco de noventa y cuatro metros de largo y quince metros de ancho, tres bodegas de veinticuatro metros, diecisiete cabinas que alojaban a veinticuatro personas, con ochenta y seis artistas y algo descomunal: una réplica de una calle parisina de treinta metros por once metros, con once centímetros de arena, la Rue Jules Verne.
*Comunicador Social – Periodista. Escritor. Gestor Cultural. Investigador. Docente. Columnista