Por: Saúl Alfonso Herrera Henríquez*
Regeneración, desarrollo y sostenibilidad, son esencialmente clave para hacerle frente al al cambio climático y lograr la regeneración de los recursos naturales, siendo fundamental en y para lo cual, fortalecer la intervención del sector corporativo y, desde luego contar con personas en los sectores público y privado, en capacidad de apurar el trampolín de los negocios hacia modelos más sostenibles y equitativos; plantear grandes cruzadas que promuevan, fomenten y además impulsen cambios en la mentalidad gerencial y administrativa, a través de nuevos contenidos, estudios, análisis, planes, proyectos, programas, casos generales y específicos, con el fin de apoyar la reinvención y transformación de las organizaciones para construir los modelos sustentables que requiere la humanidad toda.
Nos lleva la regeneración a buscar mecanismos de reparación y restauración de los organismos vivos, a recuperar algo que degeneró; el desarrollo por su parte en cuanto sostenibilidad, es aquel que busca satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las generaciones del futuro, contando con tres factores claves: sociedad, economía y medio ambiente, y en cuanto a sustentabilidad, se refiere al equilibrio de una especie con los recursos de su entorno. Por extensión se aplica a la explotación de un recurso por debajo del límite de renovación de estos.
Es ir en estas materias tras conocimientos, la mejora de habilidades y la promoción de cambios, que sirvan para ayudar a tomas de decisiones que contribuyan a esa sostenibilidad y regeneración que tanto necesitamos y necesita el planeta en tan aciagos momentos. Interesan en gran medida capacidades para diseñar procesos de organización social que contribuyan a la solución de problemas prioritarios de desarrollo sostenible; que proporcionados sean mayores conocimientos para contribuir en el diseño de políticas públicas e impulsar el desarrollo de nuevas, como novísimas e innovadoras ideas de negocio en esta dirección, como un reto en sostenibilidad y medio ambiente, que requieren de soluciones y nuevos como mejores constructos, contenidos globales e investigación con enfoques locales en todo sentido, camino a generar cambios en la organización, así como en procesos sociales que contribuyan a la solución de las prioridades en temas de desarrollo sostenible y regeneración integral.
Ávidos estamos que se lideren cambios para poner la sostenibilidad en el centro y eje de los negocios, que se adelanten a la mayor brevedad procesos de definición y aplicación de políticas públicas, el surgimiento de habilidades, metodologías y herramientas para impulsar nuevas ideas de negocio relacionadas con medio ambiente, pobreza, inequidad y desigualdad, entre otros; que exista una mayor y efectiva comunicación en temas de sostenibilidad y regeneración; lo mismo que se tomen decisiones en entornos de alta complejidad e incertidumbre, y la generación, ojalá masiva de proyectos y programas innovadores y definitivamente sostenibles.saulherrera.h@gmail.com *Abogado. Especializado en Gestión Pública. Derecho Administrativo y Contractual
IMPORTANCIA, PRIORIDAD Y URGENCIA MANDAN
Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza*
Lo importante, prioritario y urgente son aspectos que deben ser norma para todo gobernante, implicando que nada que contenga alguna de estas connotaciones deba posponerse, olvidarse, dejarse en segundo plano o para después, como muchos acostumbran hacerlo. Los problemas así definidos deberían ser en todo momento parte fundamental de la atención gubernamental y estar enlistados dentro de sus mayores tareas, como bien pueden ser salud, economía, seguridad, educación, inversión social, infraestructura, +manejo ambiental, que nunca deben perderse de vista como tampoco en el cúmulo de noticias, información, confusión, incertidumbre y sinrazones que nos agobian y amenazan con desquiciarnos.
Hemos llegado al punto de mirar con indolencia todo lo malo y perverso que a nuestro alrededor pasa: inadecuado sistema de salud, economía pauperizada, violencia, inseguridad manifiesta, mala calidad educativa, pésima inversión social y un desatendido ambiente, sin que veamos asomos ciertos de cambios ni de transformaciones sustanciales que pretendan al menos principios de solución; mientras tanto nuestros gobernantes bien gracias, acompañados con la cínica capacidad de soportar sin inmutarse, todas las críticas con fingidas sonrisas.
No se percibe como tampoco se genera sensación alguna de seguridad, ese valor fundante sin el cual todo es incierto en el devenir, en el presente y en el porvenir de los pueblos. La inseguridad que sufrimos como sombra nefasta nos va cubriendo en y por todos los rincones a lo largo y ancho de nuestra patria, desde lo local, municipal, departamental y regional. ¿Y si esto ocurre con algo tan sustancial, importante, prioritario y urgente, que será con los muchos otros que en igual o superior medida nos constriñen y tenemos que soportar irremediablemente?
Debe preocuparnos frente a todo cuanto nos está ocurriendo, ocuparnos en construir, no un discurso baladí al que nos tiene acostrumbrados, sino un todo integral que nos valide ante la historia. Pena ajena da que los “genios” de nuestras administraciones públicas se soporten en un lenguaje doctrinario que se afianza cada día y cada vez más como una bandera política que engaña incautos debido al populismo del que se valen para tales efectos.
Tenemos que apuntar a superiores dimensiones, no quedarnos en el vacío sino buscar utilidades, discernir nuestras propias realidades, necesidades, deberes, obligaciones, responsabilidades, compromisos y demandas poblacionales, hacernos relevantes, definir procesos, ir sin descanso tras el mejoramiento permanente y continuo, y no quedarnos en la tonta, apenas retórica e insulsa palabrería que nada aporta y en nada contribuye a impulsar como deben y tienen que ser los avances que requerimos en mira a consolidarnos como sociedad.
No podemos olvidar qué si en verdad queremos empujar hacia adelante, no podemos esperar que ello nos llegue como maná del cielo, como un regalo, sino que tenemos que buscar los caminos que brindarnos redención puedan. Marcamos nuestra propia agenda o dejamos borregos que nos la impongan, como en efecto nos está sucediendo. Cambiamos o cambiamos. Así de sencillo y simple. rubenceballos56@gmail.com *Jurista