SAÚL ALFONSO HERRERA HENRÍQUEZ

Por: Saúl Alfonso Herrera Henríquez*

El cooperativismo -tema caro a mis afectos por ancestral herencia, toda vez que fue mi abuelo, Saúl Alfonso Herrera Medina, uno de sus pioneros en Santa Marta y el departamento del Magdalena, como gestor y gerente que fuera de la Cooperativa Integral Santa Marta Limitada, lo que constituye un sano orgullo de familia-, es, además de tendencia a la cooperación en el orden económico y social, movimiento que propugna la asociación en cooperativas y la práctica de las mismas, al tiempo que impulsa su creación y organización.

Son ellas, las cooperativas, sociedades autónomas de personas que se han unido de forma voluntaria para afrontar sus necesidades comunes por medio de una empresa conjunta que se gestiona de forma democrática; y si bien son también empresas, los objetivos principales de las personas que las crean o se unen a ella, consisten en mejorar sus condiciones económicas y sociales por medio de la acción conjunta orientada al bien de todos los asociados antes que a intereses individuales. Se caracterizan por impulsar el apoyo mutuo entre asociados, facilitar la igualdad entre los asociados, promover la solidaridad entre los participantes, estimular el esfuerzo individual y la motivación compartida, permitir un sistema democrático y justo, fortalecer responsabilidad social y con el medio ambiente; y, facilitar la definición de metas y objetivos comunes entre los cooperativistas.

Hoy, además de lo cual, persiguen modernización, rentabilidad, competitividad, profesionalización, generación de valor, conceptos que podríamos atribuirle perfectamente, a pesar que pocas veces se le han arrogado estos términos, pero que sin embargo le son cada vez más propios, ya que es este un sector que está cada vez más solvente y a la vanguardia de sus generales como específicos procesos y razón de ser, como empresas de economía social, que requieren de estrategias más sostenibles y rentables, debiendo ahondar en consecuencia y sensiblemente en la necesidad de seguir avanzando en la integración cooperativa para seguir haciendo frente a esos retos que tiene el sector por delante, y para la que deberá haber políticas de impulso con más ayudas e incentivos para la incorporación de las mujeres y los jóvenes, que son la garantía del relevo generacional.

Tenemos que entender y ojalá cada día y cada vez quede más claro, que el cooperativismo es un modelo de éxito, que necesita seguir desarrollándose exponencialmente para continuar generando progreso en evidente contexto de solidaridad y democracia que tanto requerimos.

*Saúl Alfonso Herrera Henríquez. saulherrera.h@gmail.com Abogado. Especializado en Gestión Pública. Derecho Administrativo y Contractual

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