Economista Omar Escobar

Por: Ec. Esp. Omar Escobar

“Si no se detiene la oferta no se para la demanda” decía John P. Walters, ex zar de drogas de George W. Bush. ¿Qué tan cierta es dicha afirmación?

Algunos economistas liberales estadounidenses afirman que las políticas enfocadas a erradicar la eliminación de la producción en los países productores, contribuye a disminuir el consumo. Son los mismos que en otros escenarios ideológicos, afirman lo contrario, que el mercado es el mecanismo dinamizador de la economía, por ende glorifican al mercado. La muestra más grande del fracaso de esa política se ve reflejado en el precio de la cocaína. La lógica de la prohibición es que al reducir la cantidad que entra a Estados Unidos, su precio se haga tan alto que menos consumidores puedan costearla…pero esto no ha sucedido en más de cinco décadas; el precio baja y aumenta las muertes por sobredosis de manera exponencial.

Según la Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias de Estados Unidos, entre 2013 y 2015 el consumo de cocaína se incrementó en un 61% pasando de 601.000 a 968.000 usuarios de esta droga.  El Instituto nacional contra el abuso de drogas, (2000), señala la alarmante cifra entre 1979 y 2016, el número de muertes por envenenamiento por drogas se duplica cada nueve años. Muertes por efectos de sobredosis con cocaína, en 2011, 4.700; en 2014, 5.496; en 2015, 7.000; pero más de 63.600 estadounidenses murieron por sobredosis de drogas combinadas en 2016; 70.630 en 2019; y 93.000 para 2020. Clara muestra del fracaso del enfoque conservador (prohibicionista) estadounidense.

Cabe señalar que el aumento en los últimos años ha estado jalonado por un incremento de casos donde las muertes se originan por una peligrosa mezcla de heroína o el fentanilo– y no por el uso exclusivo de cocaína. Entre 2006 y 2010 los casos de sobredosis de cocaína cayó de 2.5 a 1.35 muertes por cien mil habitantes, mientras por consumo de fentanilo -producido ilícitamente en los Estados Unidos- aumento en un 60%. (American Journal of Public Health). Al parecer los gringos ya no desean depender de las importaciones latinas o asiáticas, pues les resulta más barato producirlo en su misma patria. En cuanto a Europa, según el Informe Mundial sobre Drogas 2017, publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC), en el periodo 2011-2015 estuvo marcado por un comportamiento estable, aproximadamente el 0.9% de la población y solo 4 países presentaron reducciones. Pero en sí, no existe evidencia concluyente que indique que el consumo de cocaína se ha incrementado en el mundo.

Las «drogas de síntesis» o «drogas de diseño» han adquirido una enorme relevancia en las últimas décadas, habiéndose incrementado su producción en Estados Unidos y Europa, algunas producto de investigaciones médicas por laboratorios reconocidos legalmente, por ejemplo la   MDMA o éxtasis, fue sintetizada en 1914 en los laboratorios alemanes Merck y aunque no llegó a ser comercializada, fue utilizada con fines de investigación por el ejército norteamericano. «Spice», «K2» o «cannabis sintético»;  MDA o droga del amor; MDEA; DOM o «STP», hidroxibutirato (GHB), la ketamina, la fenciclidina (polvo de ángel o PCP) provoca graves alteraciones comportamentales, asociada a episodios de violencia y puede conducir fácilmente a la muerte… justo en este momento deben estar produciendo otro tipo de drogas sintéticas… en fin, el yanqui sabe que es mejor monopolizar la producción.   

El viejo Walters decía “Yo no puedo trabajar en mi gordura si me meto en un cuarto lleno de pizzas”. Ahora está lleno de pizzas dañinas producidas en su propio país. Personas como él no logra entender que el monstruo del mercado, cada día exige más; el consumidor con capacidad de compra aprecia la calidad y el consumidor masificado compra cualquier cosa…pero compra. EEUU, tiene todo tipo de consumidor, desde el multimillonario hasta aquel que “no pueden trabajar la gordura”. En cuanto al primero, se necesita voluntad política de cambio, algo que no lo tienen los republicanos dado que algunos de ellos son propietarios de la industria de armas y del glifosato. La segunda, “la gordura” es un efecto del deterioro de la salud pública y mental producto del estrés que vive el 40% de adultos obesos de las ciudades estadounidenses, mal llamadas desarrolladas. Yo apoyaría a quien diga: “yo sí puedo trabajar mi adicción, así me regalen la droga”.

Consumidores de drogas

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