Economista Omar Escobar

Por: Ec. Esp. Omar Escobar

La tecnología de las comunicaciones nos deslumbra, los avances en medicina son asombrosos pero no hay duda que vivimos en una época de barbarie superior, donde el poder militar, sigue siendo un sector estratégico para la dominación política de un país sobre otros, con la consecuente violación de los derechos humanos y la soberanía de los países del tercer mundo.

Durante todo el periodo de la Guerra Fría, entre 1950 y 1990, sumado las situaciones conflictivas como el problema con Vietnam (1955-1975), manejo en el exterior a unos 3,4 millones de soldados norteamericanos. A principios del siglo XXI, después de que Washington atacara Afganistán (2001) e Irak (2003) tras los atentados del 11S., al menos 2,3 millones soldados estadounidenses han servido en ambos países desde que fueron invadidos. A finales de 2020, Estados Unidos opera militarmente en más 159 países. Para David Vine, profesor de antropología política en la American University de Washington, las bases militares estadounidenses en el extranjero podrían ascender hasta 750 o incluso más, ya que el Pentágono no informa sobre todas las construcciones y mantiene muchas de ellas en la clandestinidad y en los últimos años también han florecido otras instalaciones pequeñas y operativas más difíciles de fiscalizar, denominadas lily pads o nenúfares. Los países donde más soldados norteamericanos se concentran son Japón, Alemania y Corea del Sur. Según el Plan de Operaciones Empresariales de la Defensa Nacional de Estados Unidos (2018-2022), el ejército estadounidense en el mundo asciende a  568.000 activos ubicados en 4.800 lugares en todo el mundo con adecuadas edificaciones e infraestructura. Cabe señalar que Joe Biden anunció un incremento significativo de la presencia militar estadounidense en Europa en respuesta al conflicto en Ucrania.

Por su parte la OTAN, tiene 37 bases militares en Europa, 3 en Turquía y 2 en USA, para un total de 42. Le siguen: Rusia con 9, Francia con10, Reino Unido con 8.

La presencia de estas bases militares de países poderosos en territorios tercermundistas han generado diversos problemas. Las comunidades que viven cerca de las bases militares han sufrido altos índices de violencia cometidas por las tropas extranjeras, desde violaciones, crímenes, perdida de tierras y contaminación ambiental a causa de los experimentos con armas no convencionales… lo más injusto: los delitos generalmente  quedan en la impunidad dado que sus victimarios gozan de inmunidad.

En algunos países (caso Colombia), algunas bases han dado paso a los acuerdos de cooperación y prácticas de seguridad que permiten a los soldados y contratistas estadounidenses realizar actividades en coordinación con el gobierno correspondiente… en fin, base o acuerdo hace parte de la estrategia geopolítica de dominio territorial en función de la expansión del capital financiero o el dominio de las élites de poder.

Bases de USA en Colombia

Dichas bases militares son un espacio autónomo para la preparación militar de tropas , brindar apoyo logístico al país receptor  o son plataformas de lanzamiento de maniobras militares contra otros países. No cabe duda  el desarrollo de experimentos de armas biológicas, almacenar todo tipo de armamento, espiar todo tipo de comunicaciones, detención y tortura de personas   y derrocar presidentes creando ambientes de tensión que minan la estabilidad internacional. Los expertos señalan que muchas de las invasiones e intervenciones militares y políticas de USA en el mundo fueron posible gracias a sus bases y países aliados. Por tanto, las “bases” son una amenaza a la seguridad nacional de cualquier país que no este alineado con EEUU o la OTAN; países bárbaros en siglo XXI.

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