Por: Ec. Omar Escobar

La innovación empresarial consiste en crear nuevos productos o servicios que den respuesta a una necesidad, mejorar los existentes o proponer cualquier cambio en el modelo de negocio existente. De esta forma, se posee una ventaja ante la competencia y se transforma la economía. Por ello, la innovación propició las Revoluciones Industriales, pasando primero de la máquina de vapor a la electricidad,  luego a la automatización y las tecnologías de la información y hoy somos testigos de la cuarta revolución con el internet de las cosas en la nube y la IA.

Cuando la idea rara de esos genios raros, ha superado las etapas que le permitan considerarse una INNOVACION, entonces, no solo es una respuesta exitosa a un reto, sino que también abren la puerta a nuevas oportunidades y ventajas competitivas para las organizaciones empresariales, las cuales monetizan sus logros, sino también para quienes hayan creado semejantes inventos… claro toda vez que estos hayan protegido sus invenciones… que lastimosamente no lo hicieron en vida, como:

1. Gottfried Wilhelm Leibniz, que publicó primero su investigación sobre el cálculo infinitesimal en 1684, después de haber estado trabajando en él desde 1674, pero los créditos se los llevó Newton.
2. Jerónimo de Ayanz y Beaumont, que fue el primero en inventar un motor de vapor, utilizado para sacar agua de las minas, y fue patentado en 1606. Un siglo después James Watt añade un condensador haciéndolo más eficiente y lo patenta en 1769 teniendo el actual reconocimiento.
3. Antonio Meucci, el italiano que inventó en 1854 un dispositivo al que llamó Telettrofono, y en 1860 lo mostró públicamente. Meucci intentó denunciar a Bell cuando publicó su patente en 1876, mostrando sus planos originales, pero esto planos fueron traspapelados misteriosamente en su paso por Western Union, empresa en la que trabajaba Alexander Graham Bell…  Meucci acabo en la ruina.
4. La historia da crédito a Guglielmo Marconi como el inventor de la radio. Hoy se conoce que el verdadero pionero fue el alemán Heinrich Rudolf Hertz, que descubrió las ondas electromagnéticas en 1880. Hertz no le otorgó importancia a su descubrimiento, pero Marconi lo comercializó y terminó patentándolo en 1897.

Algunos investigadores como Adrian Tome de la revista Menzig.tech, afirma que el fonógrafo “de Edison” era una copia del creado por Édouard-Léon Scott en la década de 1850. Edison lanzó su versión en 1877 sin mencionar en ningún momento a Scott. “Edison ni siquiera construyó el aparato, simplemente le pasó la idea a John Kruesi, el encargado de convertirlo en realidad”.

Desde finales del siglo XVIII muchos ya habían probado e incluso patentado luces incandescentes: Jean Foucault, Humphrey Davy, J.W. Starr, pero fue Heinrich Göbel el primero en inventar la bombilla en 1854, o eso dijo él en un juicio contra la empresa de Edison al final de su vida. Joseph Swan recogió los experimentos de Foucault, Davy y Starr y consiguió crear una bombilla trabajando incansable entre las décadas de 1850 y 1870. Edison vio sus progresos y le ofreció trabajar juntos para conseguir una bombilla duradera y que se pudiera producir a gran escala. Juntos en 1880 sacaron al mercado el famoso modelo de bombilla que todos conocemos, pero el nombre de Swan quedó en el olvido. Edison contrató a Nikola Tesla en 1882 para ser su ingeniero y le ofreció 50.000 dólares si le traía un prototipo de su diseño de generador eléctrico. Cuando Tesla terminó el trabajo y reclamó el pago, la respuesta de Edison fue: «Tesla, no entiendes nuestro humor americano». Cuando Tesla abandonó, como es lógico, la compañía, Edison se dedicó a tratar de arruinar la carrera del inventor tratando de convencer al público de que era peligroso e inestable y eliminar así una posible competencia más en la ya existente «guerra de corrientes».

En estos casos, es cuando adquiere especial importancia el salvaguardar la propiedad intelectual de aquellas creaciones. Así, un sujeto o una empresa, no solo resguarda su inversión y creatividad, sino que también establece un sólido cimiento para su crecimiento y liderazgo, con base en su ingenio y visión a largo plazo. En este contexto patentar la propiedad Intelectual, es una prioridad que cobra cada vez más fuerza en el mundo; las Marcas, se registran para proteger la identidad de un signo distintivo por un periodo de 10 años renovables y las patentes, por 20 años no renovables.

La actividad mundial de patentamiento se disparó hasta alcanzar nuevos récords en 2022, según la OMPI (2023) 3.179.866 de solicitudes, impulsada por la China con el 49.83%. Asia: representó el 67,9 %, de patentes, el 67,8 % de marcas y el 70,3 % en diseños industriales… “No obstante, la incertidumbre sigue pesando sobre el ecosistema mundial de la innovación, ya que la financiación de capital riesgo ha disminuido en muchas partes del mundo. Instamos a quienes invierten a que busquen la calidad, pero no a expensas de apoyar buenas ideas que puedan cambiar el mundo a mejor” dijo Daren Tang, director general de la OMPI – Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. (Ginebra, 6 de noviembre de 2023)

A unas semanas de celebrarse el Día Mundial de la Propiedad Intelectual 26 de abril de 2024, cabe recordar cuales son los países que están a la vanguardia en solicitud de patentes en comparación con nuestro país en donde la academia universitaria juega un papel importante.