DIEGO OTERO PRADA

Por: Diego Otero Prada

El síndrome de 1992 aún nos persigue

Del 2 de marzo de 1992 al 7 de febrero de 1993 Colombia sufrió un racionamiento eléctrico por el fenómeno del Niño, muy severo, cuyo recuerdo todavía nos persigue. En ciudades como Bogotá hubo cortes de luz hasta por 9 horas.

Cada año siempre se levantan voces prediciendo lo peor, como si la historia se repitiese igualmente. Pareciera que cada uno compite a ver quién es más tremendista.

Esto se viene dando desde 2023 en que diversas voces vienen hablando de un racionamiento eléctrico.

 2024 no es igual a 1992-1993

En 1992-1993 se dieron varias circunstancias de muy baja probabilidad. La primera fue el hecho de que se dieron dos temporadas seguidas de un Niño. Es decir, en 1991, no sé produjeron las lluvias en la época normal de la estación de invierno de noviembre-diciembre, pero, resultó que la siguiente temporada de invierno de abril-mayo de 1992 no ocurrió tampoco, dos eventos seguidos de probabilidad muy baja y el sector eléctrico no estaba preparado para esto.

La segunda circunstancia fue el mal estado del parque térmico de la Costa Atlántica que no pudo responder a la pésima hidrología.

La tercera circunstancia fue la demora en la entrada del proyecto hidroeléctrico del Guavio por diferentes razones, una de las cuales fue el atraso del proyecto por presiones del gobierno central porque se decía que había sobredimensionamiento de la capacidad instalada.

Estas tres circunstancias confluyeron juntamente para que el racionamiento hubiera sido más fuerte de lo necesario.

2024 no parece ser igual a 1992

La pregunta que surge ahora es si las circunstancias de 2024 se parecen a las de 1992, o si hay otros aspectos adicionales para preocuparse.

Dada la capacidad instalada hoy en Colombia de cerca de 21 000 megavatios, con un predominio de cerca de 68% de hidroeléctricas, si se dan los promedios normales de precipitaciones en el semestre de 2024, no deberían existir dificultades para abastecer la demanda tanto de potencia como de energía y se volvería a generación hidroeléctrica anual de aproximadamente 70,0%, complementada con la generación térmica de plantas a base de gas natural y carbón.

Entonces, la pregunta es si se va a tener la temporada de invierno de los meses de abril y mayo, lo cual, según los datos hasta el 5 de abril, parece que se ha entrado en una temporada de lluvias

Se menciona que existen problemas de transmisión, especialmente para atender la demanda del centro del país, específicamente en Bogotá y Cundinamarca, pero no para la actualidad hay que aclarar sino más para 2026 en adelante si no se llevan a cabo la terminación de la construcción de tres líneas de transmisión de alto voltaje para traer energía de Hidro Sogamoso, Chivor e Hidro Ituango, algunas por problemas ambientales.

Estas redes están frenadas por algunos propietarios y comunidades a base de mentiras, como que se va a dejar sin agua el valle del río Frío.

Operación del sistema eléctrica nacional

¿Como opera el sistema de operación? El ciclo normal es el siguiente:

  1. En las épocas de verano de enero a marzo baja el nivel de los embalses y se pone a operar más las térmicas;
  2. en el invierno de abril a mayo se llenan los embalses y se genera más con hidroelectricidad.;
  3. al llegar la nueva época de verano de junio a octubre los embalses bajan y se operan más las termoeléctricas para ahorrar agua; y
  4. viene luego el invierno de noviembre y diciembre y los embalsas comienzan a llenarse y a generar más con hidroeléctricas.

Venimos de meses de verano de enero a marzo de 2024 y si se dan las circunstancias normales debería llover en abril y mayo y los embalses volverían a llenarse. El problema es si esto no ocurre en abril y mayo. Si fuera así, las posibilidades de un racionamiento eléctrico se hacen realidad.

Pero racionamiento eléctrico es una frase general, ya que hay muchos tipos de racionamiento: leves, medianos y severos. Es decir, pueden darse cortes de energía muy pequeños que afectan más unas regiones que otras; cortes en ciertas horas del día; y cortes tan severos como en 1992 de racionamiento diario de horas.

Ahora, hay que distinguir entre cortes por energía, o sea, que no se puede atender la demanda en kilovatios-hora, o de potencia en las horas pico por falta de capacidad instalada para atender la demanda en kilovatios.

La situación a comienzos de abril de 2024

Según XM el operador del mercado energético, para el día 5 de abril el nivel de los embalses bajó de un nivel útil de 55,79% en enero de 2024 a 31,51% en marzo, estabilizándose a 31,64% el 4 de abril dado el comienzo de las lluvias y se espera por XM que suba hasta finales de octubre a una mediana de 74,07%.

Hay que mencionar, que, comparado con otros años, el embalse útil en marzo y abril está por debajo del promedio en cerca de 5 puntos porcentuales, como efecto de las bajas lluvias en los meses finales de 2023.

Estas son las proyecciones de XM, es decir, que los embalses se recuperan, que, de ser ciertas, no se produciría un racionamiento eléctrico. Pero, si, efectivamente se tiene un Niño, y las lluvias disminuyen, los embalses sufrirían, y se tendría una situación similar a la de 1992-1993, es decir, verano en los meses de finales de 2023 y verano en lo que debería ser invierno en los meses de abril y mayo de 2024.

En estas condiciones no habría suficiente capacidad térmica para complementar la generación hidroeléctrica y evitar cortes de energía. Sería muy lamentable porque obligaría a tomar medidas muy duras que afectarían a los hogares y a los sectores productivos.

La predicción es de lluvia

Si en efecto, como parece, se va a tener la temporada normal de lluvias para este primer semestre y segundo semestre de 2024, el nivel de los embalses subirá y la probabilidad de un racionamiento mediano o severo no se dará.

Es decir, se volvería llegar a las condiciones normales de hidrología, diferente a lo que ocurrió en 2023 cuando en el segundo semestre la temporada de lluvias histórica no se dio.

Recomendaciones para el mediano plazo

Pensando en el futuro, hay que acelerar la entrada de nuevas unidades en la central Hidro Ituango que ha sido objeto de muchas restricciones por el ambientalismo fundamentalista.

Como debe ser siempre, pensando desde el presente, hay que reducir el consumo de energía eléctrica a través de campañas de ahorros de energía y de medidas de eficiencia energética utilizando políticas normativas e incentivos económicos. Por ejemplo, apagar las luces de los edificios después de las horas de trabajo y la propaganda luminosa.

Acelerar la entrada de los proyectos previstos   tanto de líneas de transmisión como de capacidad generadora.

Pensar en instalar más capacidad en hidroeléctricas que han sido olvidadas dado que no existe una empresa nacional de generación por el error de vender ISAGEN en el gobierno de Juan Manuel Santos al sector privado. Hoy no hay quien piense en la hidroelectricidad, no hay ningún paciente, lo que es un grave error, porque la hidroelectricidad es el recurso energético más abundante de Colombia.

Es esencial tener una empresa nacional de generación que vuelva a cumplir el papel que tenía antes ISAGEN para construir hidroeléctricas, plantas térmicas de carbón y proyectos solares y eólicos.

Conclusiones

Si, como parece, estamos en temporada de lluvias correspondiente al ciclo normal de hidrología para los meses de abril y mayo, no parece existir la posibilidad de un racionamiento eléctrico.

Por supuesto, si la tendencia de los primeros días de abril se revierte y se produce un Niño, como se dijo atrás, la situación si se vuelve dramática, y habría que tomar medidas difíciles: suspender las exportaciones a Ecuador, obligación de apagar luces en todos los edificios públicos y privados después de las seis de la tarde si no hay empleados, premiar por la reducción en el consumo de energía, prender a pleno las plantas térmicas, buen mantenimiento de todas las unidades de generación, nada de avisos luminosos.

Se presenta demasiado escándalo por el nivel bajo de los embalses, pero esto es normal que ocurra cuando se tiene verano, siempre ha sido así. Claro, dado que los meses finales de 2023 se produjo un Niño, los embalses estuvieron por debajo del promedio histórico, lo que ha dado lugar a especulaciones, pero hay que conocer como opera el sistema para no hacer elucubraciones equivocadas.

Esto no quiere decir que no hay que tomar medidas tanto por el lado de la oferta como de la demanda.

Por el lado de la demanda, hay que trabajar en reducir el consumo de energías eléctrica a través de medias de conservación y eficiencia eléctrica, para lo cual existen numerosas acciones que le corresponde al gobierno nacional incrementarlas

Por el lado de la oferta, mantener la capacidad instalada necesaria para atender la demanda prevista e igualmente que no se den restricciones por inadecuados sistemas de transmisión eléctricas tanto de líneas de interconexión como de líneas regionales y subestaciones.

Es importante que entren las unidades restantes de Hidro Ituango para un total de 1200 megavatios necesarias para el futuro, como los proyectos ya definidos de térmicas y plantas solares y eólicas, varis de os cuales deberían haber entrado en 2023, reduciendo los trámites y complicaciones ambientales exageradas que están poniendo en peligro el sistema eléctrico nacional.

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