Por: José Guillermo Claros Penna*

Desde Siempre hemos tenido grandes disparidades sociales, económicas y territoriales que han constituido obstáculos para integrarnos, cohesionarnos mejor y avanzar como se debiera, requiriendo lo cual la generación progresiva de políticas y fondos para reducir tales impedimentos que retrasan los sectores social y agrícola, lo que nos hace una región económicamente débil, desfavorecida; de ahí la importancia y urgencia de desarrollar instrumentos de apoyo a la transición verde y tecnológica que lleve a consolidaciones mejores y superiores, lo que impone que esos instrumentos vayan de la mano con una política de convergencia económica y social, para de esa manera cerrar brechas, acortar distancias, lo que debe ser un esfuerzo conjunto de nosotros todos.

Requieren impulsar y alcanzar estos alcanzar estos objetivos, crecer económicamente hablando y mejorar la calidad de vida, inversiones locales bien presupuestadas y administradas articuladas positivamente desde lo nacional, pasando por lo regional y departamental hasta lo local, en la búsqueda y procura de un bien concebido, estructurado y centrado desarrollo social y económico, apoyar la creación de empleo, trabajo y ser una sociedad socialmente inclusiva, así como respecto del medio ambiente, movilidad, transporte, transición justa que apoye a las regiones más afectadas por la transición verde, lo que sin duda permitirá avances significativos en áreas múltiples como educación, ciencia, tecnología, investigación, creatividad, innovación, economía digital, pequeñas y medianas empresas, medio ambiente, infraestructura, mercado laboral, inclusión social y capital humano.

Debemos y tenemos que focalizarnos como imperativo cierto en una política de cohesión que nos llevará a éxitos extraordinarios, toda vez que propiciará beneficios, progresos rápidos, reducir la brecha en ingreso per cápita reduciéndola de manera sustancial, lo que colabora para que nuestro proceso de convergencia socioeconómica se extienda y nos preparemos mejor para superiores como definidos y definitivos saltos en cuanto a un sólido bienestar e integral prosperidad.

Debe ser nuestra política de cohesión una máxima expresión de solidaridad entre nosotros, y expresarse también en términos financieros. Ser un principio de solidaridad que consagremos en todo nuestro hacer administrativo público, a efecto que tenga y cubra múltiples puntos de aplicación y represente un elemento crucial para el éxito continuo de un proyecto de verdadero y esencial progreso, con el propósito útil de superar las disparidades, converger económicamente, avanzar adecuadamente hacia una mayor cohesión socioeconómica, valorar nuestra estructura poblacional con sus niveles educativos, desempleo, condiciones de vida y demás, lo que indica la necesidad de reflexiones de fondo en la búsqueda determinante de superar los problemas y encontrar los mejores resultados. joseguillermoclarospenna@autlook.com

*Profesional en Ciencia Militares. Administrador de Empresas. Abogado. Candidato a Doctor en Derecho. Columnista

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