Periódico El Derecho
Importa sobremanera la cohesión al interior de las organizaciones y los vínculos en su entorno, lo que invita a explorar estos fundamentos en el contexto de la cooperación para reconocer la pertinencia de los elementos que los hagan posibles. La cohesión social debe resaltarse desde el carácter subjetivo de las personas, ya que en ella se construyen una serie de representaciones e imaginarios colectivos que la fundamentan y sustentan. Percepciones y esquemas comunes que van a permitir la generación de un fuerte sentimiento de pertenencia en la sociedad, poniendo de manifiesto los objetivos y finalidades que cumple la integración social como mecanismo que permite dilucidar la razón de ser de las uniones sociales en busca de la materialización de metas comunes.
Nos dice la Cepal que “En nombre de la cohesión social se busca la manera de potenciar la riqueza simbólica del multiculturalismo, las promesas de la sociedad de la información y la difusión del imaginario democrático, con el fin de avanzar hacia sistemas capaces de crear nuevos mecanismos de inclusión social y participación ciudadana”. La cohesión es de carácter social ya que intenta reivindicar el importante papel que juega el hombre en cualquier tipo de estructura como una parte fundamental del engranaje organizativo. Este término surge a finales del siglo XIX como respuesta a la crisis del capital social producto de la revolución industrial que dejaba a la clase obrera despojada de todos sus medios de defensa frente a la nueva economía emergente; esta situación necesariamente desemboca en el fortalecimiento de la conciencia de clase del proletariado, generándose puntos de encuentro y conexión que terminan por unir y cohesionar este sector para hacer frente, de manera colectiva y reivindicativa, a las nuevas dinámicas generadas por el capital.
Emilie Durkheim, identifica una serie de vinculaciones sociales de carácter solidario que se empiezan a operar en el sistema, lo mismo que compara solidaridad mecánica y orgánica y nos dice que la mecánica, se manifiesta principalmente en sociedades poco desarrolladas con fundamentos más comunitarios y familiares, donde la especialización del trabajo es incipiente y, la orgánica, evidencia una definitiva división del trabajo generadora de interdependencia en todos los sectores de la producción, haciendo a las partes dependientes del todo y viceversa.
Entre nosotros la cohesión social se potencializa para hacer frente a las desigualdades sociales generadas por sus mismos procesos históricos, la cual trata de ser un agente incluyente de los sujetos en los procesos orientados al progreso y desarrollo; donde la percepción de confianza frente a las instituciones, organizaciones o entidades, juega un papel fundamental en la reconstrucción colectiva del tejido social, siendo por ello que la generación de políticas sociales por parte del estado deba contener de manera permanente las dinámicas incluyentes, principalmente de aquellos sectores de la sociedad que se encuentran al margen de los progresos sociales, tratando de generar identidad y empoderamiento político, para que sean partícipes y creadores de sus propias políticas.
Consecuencias como la falta de confianza en las instituciones, la exclusión, la inequidad, y otros derivados, hacen que la cohesión se convierta en el catalizador para que la sociedad exija equilibrios, acciones y propuestas en el desarrollo de la misma; ya que a medida que crecen las necesidades sociales en un país y con ellas la pobreza y la marginación, se pone en duda la capacidad del Estado para ser un agente de desarrollo social e integración. Es allí donde la empresa privada empieza a jugar un papel preponderante como constructoras de cohesión social, esencial para generar un carácter de perdurabilidad en cualquier tipo de organización.
Elementos esenciales en la generación de esta cohesión, son: la identidad que los miembros de un grupo tengan respecto a su organización, la interiorización de sus objetivos, el cumplimiento de sus normas, la realización efectiva de sus funciones, el aprendizaje que influye en el desarrollo personal y profesional de los miembros de una organización, la confianza que se genere entre los miembros de un grupo y la comunicación que permite la existencia de significados y códigos compartidos. Todos son elementos que contribuyen a la construcción de unas estructuras mentales colectivas y unas representaciones sociales comunes que les permite a las organizaciones ser agentes integradores con un alto sentido de pertenencia por parte de sus miembros; pues como bien se ha afirmado, la buena cohesión de las partículas en un sistema garantizará el logro de los objetivos, lo que llevará a la adaptación de su ecosistema y por tanto a mantener el grado de perdurabilidad. Por eso la cohesión social se convierte en un factor que crea condiciones para la perdurabilidad empresarial.
El desarrollo efectivo de la cohesión y la integración en cualquier forma social en la que se presente, deriva en la minimización de brechas entre sectores, mejora el rendimiento de los individuos al ser conscientes de trabajar por un objetivo común con beneficios compartidos, aporta al funcionamiento estructural de las organizaciones y fomenta la participación de los sujetos como partes integrantes y esenciales de un sistema.
La cohesión social, dice Hopenhayn, es la capacidad de una sociedad para asegurar el bienestar de todos sus miembros, minimizar las disparidades y evitar la polarización: una sociedad cohesionada es una comunidad de apoyo mutuo compuesta por individuos libres que persiguen estos objetivos comunes por medios democráticos”. Hoy el concepto de cohesión es relevante para las organizaciones que buscan cada vez con mayor interés que sus miembros se sientan identificados e incluidos, ya que estos son aspectos que mejoran de manera innegable la consecución de las metas y fines que se quieren alcanzar, proporcionando una mejor adaptación al medio y al entorno constantemente cambiante.
Amartya Sen y Martha Nussbaum, por su parte, nos ilustran respecto que “La inclusión supone el esfuerzo por adaptar el sistema de manera tal que pueda incorporar a una diversidad de actores e individuos en su calidad de tales. En este sentido la inclusión responde a la idea de desarrollo humano y de libertad. Este desarrollo en calidad de vida depende de: las capacidades de los seres humanos para realizarse y funcionar dentro de la sociedad, y de que las funciones y las capacidades no sean tan mínimas”.