SAÚL ALFONSO HERRERA HENRÍQUEZ

Por: Saúl Alfonso Herrera Henríquez❊

Tiempos difíciles como los actuales nos avocan en contexto de sensatez a repensarnos y repensar el mundo, inmerso éste en crisis climática, económica, sanitaria, social, energética, alimentaria y demás otras, que pone en cuestión formas de vida, valores y derechos conquistados, por lo que bueno, mejor y conveniente es aprender del pasado y no repetir barbaries; más cuando vemos resurgir ideologías y prácticas que se consideraban supuestamente superadas, así como el recorte de derechos y unas mayor presión en mantener roles como el de los cuidados conforme se recorta el bienestar social y la ayuda a la dependencia.

Estamos enfrentados a grandes desafíos, el mundo repito, se encuentra en una situación difícil, muchos están sufriendo y los inunda la ira mientras ven cómo aumentan inseguridad, inequidad y desigualdad, lo mismo que se propagan conflictos, cambia el clima, se desintegra la economía mundial y pareciera que también el sentimiento de pertenencia, lo que no debe seguir. Se fragmentan las sociedades, el discurso político se polarizado, la confianza en el seno de los países y entre países es erosionado por quienes se empeñan en dividir.

Los innumerables conflictos y la tendencia a las guerras están poniendo a los más débiles en grave peligro y sus derechos son los primeros en sufrir las consecuencias de lo cual, hasta el punto de amenazar algunos con desaparecer, situación nada prometedora que nos vuelve más vulnerable, nos hacen más desiguales e inseguros, permiten que los derechos retrocedan y que las conductas de agresión y violencia vayan en franco aumento, aspectos estos que requieren de compromisos de fondo políticos y demás otros inherentes en ruta a consolidar definiciones que hagan que lo cual no siga siendo.

En estos tiempos convulsionados y preocupantes, el desafío para las personas, y para la comunidad del desarrollo, es abreviar la crisis, reanudar el desarrollo y sentar bases sólidas para un futuro más próspero y mejor preparado para afrontar desastres, a efecto de combatir los retrocesos en el desarrollo, por lo que necesitaremos nuevos y más sólidos enfoques que resulten adecuados para estos tiempos tan difíciles, lo que impone que debemos concentrar más nuestros esfuerzos sin dilaciones, establecer prioridades claras analizando qué medidas dan resultados, cuáles no, y ampliar rápidamente las iniciativas exitosas.

Se impone en consecuencia no dejarnos trasgredir, luchar por lo que nos corresponde, demostrar nuestro protagonismo directo que capaz sea de frenar los golpes, lo que, unido a los compromisos políticos, sociales y demás otros, se alleguen caminos de reivindicación histórica y obliguen a un papel militante de participación democrática activa. Debemos reformar nuestro mundo, comprometernos con la reforma de nuestras comunidades, emprender iniciativas encaminadas a desarrollos ciertos que ayuden a mejorar la calidad de vida de los pueblos; salvaguardar paz, seguridad y los derechos humanos de las personas; así como gestionar los objetivos propuestos.

Tenemos que unirnos para servir y aliviar el sufrimiento de los pueblos, en lo que ayuda superar los intereses contrapuestos y promover sin descanso la dignidad humana para todos. Somos un mundo en pedazos, lo que hace necesario que busquemos la paz, con la firme creencia que juntos, podemos construirla, a la par que restablecer la confianza y crear un mundo mejor para todos.


Abogado. Especializado e Gestión Pública. Derecho Administrativo y Contractual. 📧saulherrera.h@gmail.com

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