JOSÉ MANUEL HERRERA BRITO

Por: José Manuel Herrera Brito

Mucho y más es lo que está en juego en este año político. Nada menos que la suerte y destino del país municipal, departamental y de paso el contexto regional, razón potísima para no bajar los brazos y mantenernos alerta. No puede ser que siga siendo dable sucumbir y permitirnos desánimos. De ninguna manera. Necesitamos, a la par de políticos y mandatarios responsables y consensuados capaces liderar y lograr un punto de quiebre para ordenar y modernizar el Estado, sólidos emprendimientos, empresas fortalecidas, actores y gestores sociales, ambientales y culturales armonizados con el todo estructural. Trabajar y funcionar en equipo. Unos ciudadanos y una comunidad participativa comprometidos con la vigilancia, las veedurías a todo nivel, solidarios y activos sobremanera en el control y aporte de iniciativas que vayan en beneficio colectivo, como debe corresponder a una sociedad que quiere ser, como queremos ser, protagonistas útiles de su propio y mejor porvenir, lo que impone que no seamos más indiferentes en adelante, puesto que ello no lo perdonarán las generaciones del mañana.

Frente a lo cual. Ante todo, y frente a todo. Importan altas dosis de conciencia política, optar por las alternativas mejores, cuidar de no resultar acompañados ni inmiscuidos en el hoy discurrir de las campañas políticas por una inusitada ambición del dinero. Interesan líderes, políticos y gobernantes respetados y respetables, que puedan recorrer los caminos todos de nuestra geografía y recibidos sean con alegría, con gratitud y despierten en las gentes sano entusiasmo, sin que importe su preferencia política y/o partidista, pero que en todo caso sean personalidades con lucidez que le den lustre a nuestros municipios, departamento, región y país, con sus ideales. Interesa que adelanten su tarea proselitista, bajo la estricta regencia de la decencia, la pulcritud, y no ser testigos de violencias, sátiras, intrigas, burlas o sornas. Hoy, todo se ha perdido, incluido el respeto a la persona y cualquiera embiste contra uno y contra todos sin más, solamente por vindicta, saciarse, cumplir órdenes o hacer mandados que en adelante serán bien pagados.

Decencia, grandeza, perfil político e idealismo se han perdido. No vemos líderes notables, más sí a muchos de ellos haciendo payasadas inconcebibles y otros más con inusitado cinismo presentándose sin vergüenza alguna ante la gente, que muchas veces cae engañada por artilugios y cantos de sirenas en el creer que tendrán un más importante porvenir para ellos y los suyos, lo que es inconcebible; de ahí que necesitemos que surjan políticos de profundos conocimientos, para contener el alud constante de la imprevisión y la improvisación. Hay que recomponer y también reestructurar la mística en la política. Hay que volver a y por los caminos de la grandeza.

La conciencia política es aspecto clave para el desarrollo del liderazgo y debe ser en consecuencia un constructo en permanente referencia que por sus manifestaciones adaptativas, permitan desde sus efectos e implicancias sociales generar liderazgos transformadores, tan necesarios hoy en el manejo de la política, organizaciones y grupos sociales, por ser una ayuda en el comportamiento de una dirigencia efectiva. saramara7@gmail.com


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