Por: Saúl Alfonso Herrera Henríquez*

E.Mail.: saulherrera.h@gmail.com

Un pacto transversal con toda la sociedad importaría sobremanera en la verdad que cobraría un indudable valor, el cual debe ser ratificado por las grandes formaciones de todo orden y sin que importen posturas ni particulares intereses cuando lo que está en juego es el interés general, comunitario o colectivo, que siempre y por siempre debe primar sobre los particularismos e ideologías. Un pacto de unidad por el departamento sobre el que se pueda afirmar que todos queden satisfechos y darle gusto así al espíritu del consenso que entraña la democracia, en lo que importa saber ceder en favor del mucha y más veces malogrado interés general de la ciudadanía.

Requerimos de un altruismo sin cálculos ni aprovechamientos por parte de todos, que evite sensibilidades, marrullas, bloqueos, zancadillas, trampas, complicaciones y mentiras. Un acuerdo que sea ejemplar por y para la salud del departamento y sus municipios todos, en el que se defienda el diálogo, la palabra empeñada, lo acordado y se haga gala de unas actitudes que lo haga real y verdaderamente posible, con lo que ganaremos todos.

Necesitamos un acuerdo que a ninguno afecte y en el que todos nos involucremos con nuestra voluntad, decisiones, ser, hacer, quehacer, aportaciones, aciertos y acciones positivas e importantes, donde lo municipal tenga voz propia y se represente con autonomía. Importa ser relevantes, reconstruirnos sin aplazamientos, poner más cimientos para un nuevo tiempo en el que sin duda cabrá la posibilidad de proyectar, estructurar y hacer mejor las cosas. No más defraudar a la sociedad, harta de irrealizaciones y que las buenas intenciones se diluyan. Que las cosas perduren, que no se hagan sobre la base del cortoplacismo, ni se vaya detrás de réditos a favor o en contra del éxito o fracaso de las distintas banderías políticas.

Un buen gobierno y sus realizaciones con la ayuda de todos encaminadas a la satisfacción del bien común, se convierte en un todo esencial para la ciudadanía, de ahí que el interés particular deba ser rebasado, especialmente cuando se interpone al interés general. Ello altera el orden bien concebido, generar rupturas, desequilibra, debiendo en consecuencia ser razonables, sentido en el cual deben buscarse opciones, alternativas que permitan soluciones que a nadie afecten y en cambio sí a todos beneficien, No más problemas que nos rebasen y nos faciliten ir tras lo esencial y funcional en provecho para la ciudadanía, que permita avances que no más retrocesos. Es buscar el o los consensos que fueren posibles, pero que en todo caso ojalá el interés general prime sobre el particular. *Abogado. Especializado en Gestión Pública

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