Por: José Guillermo Claros Penna*
Florencia como ciudad capital, debe darse desde sus mandatarios, sí o sí, a la tarea principal de enfocarse y construir un campo de acción dentro de las dinámicas de descentralización marcadas por el modelo constitucional que profundiza el carácter municipalista de la gestión de los servicios y bienes públicos, donde los entes territoriales (Departamentos, Distritos y Municipios) son los principales actores institucionales y organizacionales encargados de operativizar – implementar – la política pública en el campo de la provisión de numerosos bienes y servicios sociales, tales como la vivienda, el hábitat y el ordenamiento de los territorios, los servicios públicos, la salud y la educación; al menos en la perspectiva de los retos de la subsidiariedad y la universalización.
Interesa e interesará siempre que como ciudad construyamos dinámicas de metropolitanización, connurbación y configuración de ciudades-región, como grandes polos de desarrollo que atraen un alto porcentaje de la inversión nacional y extranjera directa, recursos para investigación en ciencia y tecnología, capital humano calificado, inversión en grandes obras de infraestructura, entre otras; permitiéndose formular políticas públicas fiscales que garanticen y potencialicen dicha inversión. Condiciones institucionales que producen una concentración creciente de los recursos producto de la actividad económica y social, manifestada en su contribución al Producto Interno Bruto y al PIB per cápita, tendencia que contradice el argumento derivado de la teoría de la dependencia que plantea que las asimetrías en el nivel de crecimiento económico y desarrollo social, ocurren solamente entre países desarrollados y en vías de desarrollo; cuando por el contrario, la evidencia empírica demuestra que dichas asimetrías se generan incluso al interior de los diferentes Estados nacionales (entre regiones y subregiones), independientemente de su grado de desarrollo.
Debe observarse siempre, como bien y mejor estas dinámicas, especialmente respecto de la concentración creciente de los recursos en sus grandes ciudades, a afecto de aprender de lo cual y renglón seguido atender nuestras especificidades, toda vez que tenemos nuestras propias realidades y necesidades, para una vez lo cual, encaminarnos a convertirnos en eje de una estructura regional capaz de jalonar integrales desarrollo y solidos progresos, en ruta a caracterizarnos por la diversidad y existencia de sectores productivos que permitan procesos relativos de dispersión de la población, generación de riqueza e ingresos.
En los señalados sentidos, la ciudad de Florencia debe optar por concentrar de la mejor manera posible recursos múltiples y generación de riqueza, por lo que importan estructuraciones que fortalezcan un tejido socioeconómico que le permita dispersar recursos a la población a lo largo y ancho del departamento y la región; dinámica a la que sumarse debe la relación económica y social del departamento de Caquetá, importante lo cual, ya que en parte ello contribuirá al crecimiento del PIB caqueteño, toda vez que parte del capital humano calificado que labora en esta zona vive en Florencia, consume y paga impuestos en nuestro municipio.
*Profesional en Ciencias Militares. Administrador de Empresas. Abogado. Master en Derecho Público. Candidato a Doctor en Derecho.