Por: Ec. Omar Escobar

El pensamiento y el actuar de las personas se mueve entre las expectativas vs. la percepción de la realidad. El cómo estamos, es opacado por la tendencia hacia la esperanza, la subjetividad y la ignorancia, que no lleva sino al desastre de las sociedades desde lo cultural hasta lo económico. El problema se extiende, no solo cuando los líderes manchan la esperanza, sino cuando los mismos esperanzados ruegan y aclaman el nombre de ellos.

No han pasado tres años, cuando el asalto al Capitolio de los Estados Unidos, solo parecía propio de “las repúblicas bananeras”. Una turba de racistas fanáticos se tomaba el Capitolio el 6 de enero de 2021, propiciado por declaraciones del energúmeno ególatra, que no aceptaba su derrotaba. Las burlescas escenas, siguen vigentes, pero la memoria colectiva desconoce las imputaciones e investigaciones judiciales.

Trump es el primer expresidente en la historia de Estados Unidos condenado por delitos graves, declarado culpable de 34 cargos de falsificación de registros comerciales, sobornos, como el de Stormy Daniels (actor cine para adultos). Robar documentos clasificados de defensa nacional de la Casa Blanca después de dejar el cargo. No siendo poco, enfrenta cargos de obstrucción de la justicia, destrucción o falsificación de registros, conspiración y declaraciones falsas basados en pruebas concluyentes.  Además, fue imputado con 13 cargos en la acusación del jurado investigador del condado Fulton, dada la violación a la Ley RICO de Georgia (Ley de Organizaciones Corruptas Influenciadas por Mafiosos), acusado por solicitar la violación del juramento a un funcionario, perpetrar declaraciones, documentos y escritos falsos.

La otra acusación, es el resultado de la investigación del fiscal especial Jack Smith sobre los supuestos esfuerzos del expresidente y sus aliados para anular las elecciones de 2020. Trump y un cómplice «intentaron explotar la violencia y el caos en el Capitolio llamando a los legisladores para convencerlos… de retrasar la certificación» de las elecciones. Por fortuna, el Vicepresidente Mike Pence, se resistió, pero un año después, habían más de 700 personas detenidas y 71 sentencias, entre ellas las del supremacista blanco.

Ha logrado mantenerse en la escena política, gracias a la mala puntería de Thomas Matthew Crooks, a la baja formación cultural de los desesperanzados, y por otro lado, la mala racha de Joe Biden. Ésta ha sido aprovechada para amasar las ansiedades, decepciones y descontentos profundos de un sector significativo del público estadounidense – hambriento de nacionalismo, patriotismo- chauvinismo de moda en la actualidad y al servicio Trump para mejorar su fortuna-.

Kamala Harris, culturalmente es opuesta a su opositor, quien podría rejuvenecer la democracia… incluso haría un mejor gobierno, pero lleva el peso de Biden y no tiene la maña de su oponente delictivo.