Por: Saúl Alfonso Herrera Henríquez*
Importaría que de manera permanente y continua los líderes juveniles se reúnan para hablar sobre temas de gran incidencia en sus territorios, socialicen asuntos de vital interés que inciden directamente en el desarrollo de los municipios en dirección a relevar impulsos que posicionen a unos y otros, juventud y unidades territoriales, estén más activos en sus participaciones, en dirección a dar a conocer desde sus puntos de vista a los principales actores políticos las temáticas que más los preocupan, lo mismo que solicitarles asesoría sobre cómo avanzar de forma importante y definitiva en los asuntos de territorio en cuanto administración, gestión, gerencia, desarrollo social y humano, progreso, bienestar, crecimiento, prosperidad, mejora del medio ambiente, reducción de la informalidad y el robustecimiento del sistema educativo, de la salud, empleo, trabajo, productividad y competitividad, entre otros particulares y generales aspectos.
Se trata de alcanzar logros, producir resultados, elaborar documentos para ponerlos a consideración de las autoridades, manifestar sus observaciones a todo nivel, hacerse escuchar, propiciar espacios de debate, organizar sus ideas, estudiar, analizar y cuestionar las falencias e orden administrativo público que consideren, al tiempo de mostrar las soluciones posibles desde sus particulares enfoques y que sus propuestas se vean reflejadas en proyectos por parte de los entes municipales. Es conformarse una juventud interesada por las problemáticas que aquejan a los pobladores de sus unidades territoriales y ponerlas en evidencia ante las autoridades y entidades correspondientes.
Impone lo cual a la juventud la necesidad de repensarse y pensar el liderazgo como una función requerida para impulsar, producir y consolidar cambios sociales u organizacionales, enfrentar problemas y facilitar soluciones que requieran de acciones colectivas, importante lo cual por cuanto deben ser todos estos aspectos de alta prioridad, hoy día, en las agendas de la acción social en los territorios, mismos que deben incorporarse, interpretarse y darles la importancia que merecen en los contextos actuales, caracterizados por rapidez de cambio, incertidumbre, ambigüedad, globalización de la información y predominio de la comunicación, en el marco de las nuevas formas de vinculación y protagonismo existentes en la ecuación Estado-Sociedad Civil, así como promover las capacidades y habilidades del liderazgo orientado al cambio y la transformación en positivo.
Es reflexionar, actuar, proponer, abrir nuevas discusiones, trabajar, enriquecerse con ideas, aportaciones y experiencias concretas, toda vez que la juventud tiene que prepararse unida desde ya, sin miedo ni temores, sin pausa y con prisa, para construir sobre lo construido y reconstruir el nuevo rumbo que requieren su gente, los municipios y el país, bajo el amparo de la esperanza, el trabajo, el consenso, la sensatez y la certidumbre camino a soportar una mejor y superior sociedad, en la verdad que al país tenemos que salvarla entre todos y una juventud reflexiva, cuerda, sesuda, coherente, sentada, juiciosa, sensata y pensante debe ser una de sus principales protagonistas. saulherrera.h@gmail.com
*Abogado. Especializado en Gestión Pública. Derecho Administrativo y Contractual. Magister en Derecho Público. Columnista