Rafael Robles Solano

Por: Rafael Robles Solano*

A propósito de mi anterior artículo, titulado: “ISRAEL VS PALESTINA UNA CONVIVENCIA PELIGROSA”, en la que reseño brevemente la reciente historia de las desiguales confrontaciones surgidas a raíz de la arbitraria división geográfica del territorio palestino, y siguiendo el curso de los acontecimientos de las últimas dos semanas, referidos a los cruentos enfrentamientos entre el gobierno Israel, forzado a responder las injustificadas y reprochables incursiones terroristas del Hamas y del Hezbolá, organización chii-libanesa, ambos apoyados actualmente por Irán y demás grupos extremistas o de fundamentalistas islámicos, que, por las diferentes fronteras, al sur, desde Gaza y por el norte, desde Líbano, continúan efectuando ataques mediante el lanzamiento de misiles y otros tipos de atentados en contra de poblaciones civiles de Israel.

La convivencia entre estos dos pueblos se ve alterada de forma permanente, a partir de cuando los judíos consiguieron su independencia de los británicos y formaron el Estado de Israel en 1948; mientras que el reconocimiento de Palestina, como nación, comenzó a gestarse desde 1964, y se consolidó en los Acuerdos de Oslo en 1993, con la creación de un gobierno interino a cargo de la Autoridad Palestina.

Las confrontaciones se originan ante las rígidas medidas seguridad impuestas por Israel, en evidente discriminación humillante hacia los palestinos especialmente en los sitios de acceso a la franja de Gaza, como a la misma Cisjordania. Territorios donde se concentra gran parte de la población palestina, estimada en más de dos millones de personas, quienes, con razón, proclaman y denuncian que viven en la cárcel a cielo abierto más grande del mundo, sometidos a los permanentes controles para salir de Gaza, o para recibir alimentos y acceder a sus necesidades básicas.

La furia vindicativa del gobierno de Israel contra el Hamas, lamentablemente no ha hecho distinciones entre los terroristas que la integran y la población civil, de hombres, mujeres, ancianos y niños, que inermes vienen siendo sacrificados por los intensos y continuos bombardeos desplegados por las fuerzas armadas israelitas, además de estar sometidos al bloqueo de suministros humanitarios y a la suspensión del agua, la luz, los combustibles, servicios necesarios para atender a los millares de heridos y sobrevivientes que sufren estas inclemencias al interior de Gaza, mientras aguardan espantados las anunciadas incursiones que adelantará el ejército, buscando capturar a los que lideran ese grupo terrorista, como intentar rescatar a los más de dos centenares de secuestrados en poder de sus milicianos.

Este conflicto, implica observar y asistir horrorizados a una confrontación claramente desigual, porque si bien el grupo terrorista es el responsable y causante de los destrozos urbanos causados en Gaza, por haber iniciado sus sorpresivos ataques por tierra y aire, lanzando misiles a diferentes kibutz, poblaciones israelitas vecinas, que a su vez han sufrido la perdida indiscriminada de vidas entre sus habitantes, los que también son ajenos a estas disputas y ahora combates, es indiscutible la desproporción entre la fuerza bélica en que se apoyan los militares de Israel, lo no permite que se acepte y justifique objetivamente, la destrucción y masacres de los miles de palestinos muertos por los bombardeos. Los pobladores de ambos territorios son víctimas inocentes de las reciprocas agresiones de parte y parte, sin embargo, el mayor peligro, lo constituye el eventual ingreso o mejor, el apoyo irrestricto de otras naciones árabes a favor de Palestina, en consonancia con el recibido por Israel por cuenta de los Estados Unidos, lo cual y ojalá que esto no suceda, agudizaría casi que globalmente el conflicto entre estas dos naciones y el medio oriente, con resultados imposible de pronosticar, pero que con seguridad, serán funestos para la frágil estabilidad de paz mundial.

*Secretario Ejecutivo LIDERESOCIAL. lideresocial@hotmail.com

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