Carlos florez sarmiento- abogado

Por: Carlos Flórez Sarmiento*

Bogotá, signada por la inseguridad, así como la mayoría de los territorios del país, deberían generar con la participación activa de la ciudadanía y comunidad toda, charlas, conversatorios, encuentros, conferencias, cursos, seminarios, talleres y foros, en los que se sumen sus voces y experiencias para proponer una amplia agenda que contribuya a la solución de la inseguridad y las violencias que nos abruman.

Hacer, camino a su combate, un amplio proceso de reflexión y diálogo, concretar un acuerdo ciudadano por la paz que tome forma y se extienda local, municipal, departamental, regional y nacionalmente, en efectiva respuesta a la crisis de violencia y la destrucción del tejido social que nos lastima a lo largo y ancho de nuestra geografía.

Establecer con sentido de importancia y urgencia, en lo que todos estamos llamados a ser protagonistas en la construcción de la justicia y la paz y que cualquier principio de solución, debe partir de un trabajo conjunto entre sociedad y las autoridades de los tres órdenes de gobierno. No podemos condenarnos a la violencia, sino a construir la paz, es momento de actuar con determinación ante la indolencia y la ineficacia de muchos para procurar la unidad, la seguridad, la justicia y la paz en el país.

Espacios que dejen claro que la construcción de la paz es un camino y un proceso, como también que los resultados dependerán del compromiso y la participación de la sociedad organizada y del trabajo coordinado de los tres órdenes de gobierno. Al analizar la situación de inseguridad y violencia que afecta a la población, será evidente que la falta de resultados exige un cambio de estrategia de parte de las autoridades. Las cifras delictivas sin precedentes establecerán que seguimos inmersos en violencias, lo que lejos de ser una crítica será un alarmante llamado resolver el problema estructural de la violencia y a corregir el rumbo.

Razones todas, para que obligados estemos a responder a la intolerable crisis de violencias, y proponer analizar la situación desde el dolor de las víctimas, asumiendo que el dolor de cada una de ellas debe ser el dolor de todos. La solidaridad ante el dolor reconoce la dignidad humana de las víctimas y es un medio para superar la visión pragmática que reduce la problemática a cifras sin rostro y estadísticas amañadas para evadir responsabilidades.

Un acuerdo por la paz que debe llevarnos a considerar necesario lograr una alianza ciudadana amplia e incluyente; construir redes de paz y presentar una agenda de Paz para ser cumplida por todos, lo que impone privilegiar el diálogo, exigir a los gobiernos que cumplan su misión con eficacia y transparencia. Es establecer dichos encuentros con el fin de crear conciencia sobre lo que se considera hoy por hoy uno de los principales desafíos que tenemos en el país en el corto plazo, establecer los compromisos a favor de las mejores prácticas e influir en las políticas públicas y en los procesos todos que menester sean.

*Abogado. Especializado en Derecho Administrativo. Magister en Seguridad. Ex Edil de Usaquén. Candidato al Concejo de Bogotá

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