Por: Saúl Alfonso Herrera Henríquez*
La política, bien se sabe o al menos se percibe, es un tema complejo, multifacético, toda vez que no hay una única respuesta o solución a los problemas políticos. Los enfoques e ideologías son diversos, cada uno con sus debilidades y fortalezas. Es importante recordar que la crítica y el debate son esenciales en cualquier sistema democrático; ayudando a mejorar y fortalecer políticas e instituciones. Por lo tanto, es valioso examinar argumentos y evidencias detrás de cualquier diatriba. Se puede y debe dialogar, pero sin humillaciones y con la firme intención de cumplir la palabra empeñada, ser categóricos en no violar derechos humanos, y tampoco renunciar a principios ni sacrificar valores.
El populismo, bien lo sabemos también, es una forma de hacer política para ganar sustento popular con un discurso falsario, simplista y emocional, sin argumentos racionales. Creando una imagen de nosotros / el pueblo, frente a ellos / la élite política, económica y cultural, con promesa y oferta engañosa de fáciles y rápidas soluciones a problemas complejos.
El populismo, camaleónico él, se transforma, cambia, muta y varía, dependiendo del contexto político y social. Usa un lenguaje llano, descomplicado, campechano y apasionado, apela al sentimiento ciudadano generando respuesta emocional. Profana la palabra asegurando soluciones expeditas y cómodas, sin considerar las limitaciones políticas, económicas y sociales. Siempre tiene como excusa, e identifica un enemigo común, el imperio, presentándolo como amenaza para el pueblo y con el mensaje que debe ser derrotado, porque cualquier infelicidad y miseria es su culpa. Abusa de la figura del líder carismático, que exhibe como único capaz de salvaguardar y defender a la población; generando desconfianza en las instituciones democráticas y medios de comunicación, acusándolos de contrarios a los beneficios de las mayorías, del pueblo.
El colaboracionismo se argumenta, es la cooperación con una fuerza dominante. Se refiere al auxilio con un poder que ocupa un territorio, al socorro de una dictadura o régimen autoritario. El término populismo colaboracionista, es un concepto confuso y polémico que se refiere a un tipo de política que combina elementos populistas y colaboracionistas. Un enfoque que busca conciliar intereses varios, del pueblo y las élites; promover políticas que apoyen tanto a trabajadores como empresarios y otros grupos de poder.
Pero cabe aquí una pregunta, ¿Por qué fracasan? Varias son las razones. Se argumenta igualmente que el rumbo es inconsistente y contradictorio; difícil para satisfacer necesidades y deseos de las partes interesadas. Además, los problemas para su implementación, donde las políticas populistas colaboracionistas son muy difíciles y espinosas de realizar en la práctica, debido a múltiples restricciones económicas, políticas y sociales. Aunado a la corrupción, nepotismo y otras formas de mala gestión que afectan negativamente.
Es el populismo, sin duda, un peligro para las sociedades libres y democráticas, lo cual se soporta en el hecho que, al colaborar con un poder dominante o dictadura, se está trabajando contra los intereses de la patria, de la propia sociedad y la ciudadanía, apoyando a un sistema opresivo, abusivo y tiránico; de ahí que sea objeto de un intenso debate entre politólogos, tratadistas, académicos y expertos en ciencias sociales; y mientras algunos lo ven como una forma legítima de representación popular, otros, los más, lo consideran una amenaza para la democracia y la sana estabilidad política.
Es evidente y así los demuestran los anales de la historia, que el colaboracionismo socava y carcome la resistencia, la lucha por la libertad y la democracia; contribuye a la opresión y explotación de la población. Implica ingratitud a la patria con graves consecuencias para la ciudadanía.; razón por la que en una sociedad libre y democrática, es considerado felonía, lo mismo que pone en peligro valores y principios democráticos y la libertad de una sociedad, por lo que no queda más remedio que combatirlo hasta debelarlo para proteger los derechos y la dignidad de los ciudadanos, misma que está y estará en juego mientras permitamos su existir.
*saulherrera.h@gmail.com *Abogado. Especializado en Gestión Pública. Derecho Administrativo y Contractual
TEMA ENLAZADO: NO MÁS POPULISMO (I)