Rafael Robles Solano

Por: Rafael Robles Solano*

Sorprende ver como después de un año de iniciado el gobierno de Petro, éste continúa luchando contra las hordas de contradictores que, desde todos los escenarios, lo siguen atacando y rechazando a priori, de forma justificada como injustificadamente, cada una de las propuestas paz y las reformas políticas de justicia social promovidas por el Mandatario.

Muchos de sus detractores, eluden el hecho de que se les califique como brazos al servicio de las extremas derechas que se niegan a reconocer y aceptar a este gobierno, porque no comparten sus postulados, lo cual hace parte de sus derechos, pero, lo reprochable, es que continúen saboteando y alterando las opciones de gobernabilidad que se necesitan para acabar con la enorme polarización que caracteriza estos permanentes enfrentamientos.

Planteamientos como las de subsidiar económicamente a jóvenes delincuentes, la designación de algunos mal llamados “gestores de paz”, o facilitar los trámites para agilizar la extinción de dominio de bienes rurales improductivos por vías administrativas, por citar algunas de sus discutidas propuestas, resultan inconcebibles para sus detractores, pero válidas para quienes sufrieron las diversas formas de violencia, despojos, desplazamientos, etc., porque ellos no admiten el que se vaya ahora a premiar a los delincuentes, en detrimento de quienes han dedicado sus vidas a estudiar, trabajar y luchar honestamente para ser ciudadanos respetuosos de las leyes.

Los justificados temores de los contradictores muestran que estas desconfianzas se fundan en que falta mucho por entender de las criticas provenientes de las voces de los extremistas de las derechas, que se niegan a aceptar y apoyar propuestas como las citadas. Así como se intenta manipular las estadísticas de parte y parte, para reconocer o no, las abrumadoras cifras de las denuncias suministradas por las víctimas de la violencia, o las de los militares, que están confesando y revelando las atrocidades cometidas, como los falsos positivos y que ahora son expuestas en las audiencias ante las autoridades de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), hechos que hacen imposible seguir negando la existencia del conflicto armado como pretenden en especial los seguidores del Centro Democrático.

Todas estas circunstancias, motivan el titular de la presente colaboración, porque es imposible bajo estas premisas, deponer las desconfianzas de los opositores en contra de los procesos de paz, como de las reformas a la salud, de pensiones y laboral. Pero lamentablemente el Gobierno, con sus erráticas posturas y actitudes, no propicia escenarios que faciliten mejor estos cambios destinados a reivindicar los procesos de justicia social, para que sean acogidos con el beneplácito de las mayorías legislativas.

El Mandatario entre otras tantas, ha propuesto recientemente fortalecer las economías circulares, para impulsar la producción alimentaria y el rescate de las zonas rurales. Y para ello pide a dichas comunidades, sus apoyos para convocar los movimientos campesinos, indígenas y de afros, en respaldo de la reforma agraria, convirtiendo su propuesta en una delicada apuesta política que implica según sus críticos, asumir riesgos en la creación y organización de nuevos grupos para la defensa de las tierras, o sea, de paramilitares, de trágicas y funestas recordación o consecuencias, creados por quienes se sienten acosados y perseguidos para seguir disfrutando de sus propiedades privadas, porque ello significa atizar más conflictos violentos a nivel rural. Y el país, aún no supera las heridas del pasado.

*Secretario Ejecutivo LIDERESOCIAL. lideresocial@hotmail.com

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