Por: Ec. Esp. Omar Escobar
La propiedad privada sobre el capital como base del sistema social y económico llamado capitalismo, es apenas un componente, el otro factor es la trampa de la bipolaridad en la época moderna; el ser humano se desenvuelve entre dos polos, como un péndulo de un lado a otro y de ahí son los dos espectros del color político y de la economía
Al abordar el tema de la génesis de las élites mundiales contemporáneas, primero es necesario retroceder al Imperio Romano, y recordar que por encima de los emperadores estaban los “patricios” (únicos ciudadanos romanos que podía votar y ser elegidos para cargos públicos y religiosos), quienes a la caída de su imperio (S:V) se trasladaron a las riberas del rio Po (Eridanós) y en los islotes de lo que hoy es Venecia, lugar estratégico para evitar que sus enemigos los atacaran por tierra, pero a la vez también fue estratégico para el comercio marítimo a través del Mediterráneo y su conexión con China. Fue así como el norte de Italia (Florencia, Milán y Venecia) de aquella época, se destacó en Europa, por la construcción de imponentes construcciones navales y el desarrollo de la banca, siendo el Banco de Venecia con autorización legal, uno de los primero en Europa, pues se fundó en el año 1.157. Obviamente las familias que estaban detrás de estos dos sectores trataban que ningún territorio del resto de Europa creciera por encima de su poder. Importantes familias banqueras como las Bardi y Peruzzi, lograron penetrar casi todos los mercados de Europa, incluso prestaron dinero a España e Inglaterra para financiar algunos de los primeros viajes de Cristóbal Colón y Juan Cabot hacia América – eran tan altos los intereses que terminaron quebrando las arcas reales. Desde un punto de vista tecnológico, la marina veneciana había logrado excelentes resultados a principios del siglo XVIII, pero en 1797, con la llegada de las tropas de Napoleón, llegó su final y con la subsiguiente dominación austriaca las tradicionales marinas venecianas terminaron fusionándose a ella.
La práctica usurera, sirvió para denominarlos “la nobleza negra de Venecia” quienes también usufructuaron del poder civil como del religioso y dado que no poseían ejércitos conquistadores, entonces, migraron sus capitales a los Países Bajos como Holanda, Bélgica con la Casa Orange-Nassau y fundan el primer Banco Central de Ámsterdam en 1609. Curiosamente luego otro banco central en Inglaterra y la Compañía Británica de las Indias Orientales, a imagen y semejanza de las flotas navales venecianas. Así forjaron el imperio anglo-veneciano y para conquistar el poder en accidente, después de la segunda guerra mundial, recurrieron a confabularse con su peor enemigo, el nacional catolicismo; compuesto por clérigos y papas que entraban al Vaticano para enriquecerse. De esa élite, hacen parte familias históricas como los Massimo Ruspoli, los Pallavicini, los Torlonia que son los banqueros del Vaticano, los Saboya, comerciantes con Rusia, entre otros. Cabe recordar que hay una estrecha colaboración histórica con el Vaticano, pues entre los años 1.118 y 1.312, la Orden de los Templarios, iniciaron la banca como el oficio más rentable del mundo. Lo característico de esa elite europea, son sus títulos nobiliarios avalados por la Santa Sede, como lo ostentaron también la familia banquera de los Rothschild que constituyen no solo el poder económico sino la elite del verdadero poder político en el mundo anglosajón u occidental.
Hoy en día, el mercado de capitales y los nuevos tipos de organización empresarial permiten desplegar proyectos más ambiciosos que en ningún caso un individuo podría llevar a cabo y que modifican las relaciones de poder a nivel internacional, como lo había previsto Galbraith; la extraordinaria liquidez de los mercados les permite a estos accionistas pasar de una empresa a otra en cuestión de segundos. Esta relación se enmarca en el “gobierno corporativo” el poder de las grandes empresas. A nivel macroeconómico, las transnacionales, forman una red que a su vez forma “nodos” en los cuales convergen empresas, que se encuentran dominando las relaciones del resto a partir del control accionario. Así las cosas, una elite de 147 empresas controlan el 40% del valor accionarial total y dos tercios de ellas corresponden al sector financiero (bancos comerciales y de inversión). En la actualidad, hay multinacionales con gran poder para determinar la política monetaria a nivel del mundo, son 6 estadounidenses, la banca inglesa y 4 chinas: Capital Group Companies, Fidelity Investments, The Vanguard Group Inc., BlackRock, JP Morgan Chase, Berkshire Hathaway, y las chinas: State Grid, China National Petroleum, Sinopec Group, China State Construction Engineering.
Si los templarios descubrieron el poder de la banca, éste no fue posible sin el dominio ideológico del Vaticano… Hoy en día, el poder de las transnacionales, se debate entre el reparto geopolítico, razón por demás donde los medios de comunicación juegan papel importante para distorsionar la información y alimentar la dicotomía de la psiquis humana entorno al color político de oriente y occidente.
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