Francisco Javier Vásquez Asencio

Por: Francisco Javier Vásquez Atencio*

No dice hecatombe, suceso trágico en el que se produce una gran destrucción y muchas desgracias humanas y materiales. Política, lucha por el poder, conjunto de instituciones por medio de las cuales se ejerce el mismo, reflexión teórica sobre su origen, estructura y razón de ser. La concepción positiva de la política es ese ejercicio en función del poder para fines de satisfacción colectiva; vale decir, servir lo mejor posible, planteado lo cual desde las diferentes formas de ejercer el poder y es cuando surge la lucha de contrarios, que debiera ser una competencia de ideas y no en recursos que implican imposiciones de opresión y negación de derechos.

Entre nosotros se ha perdido la nobleza de la política, su norte. Se ha distorsionado todo en ella de manera ostensible, lo que es una pena. No cumple con aquello de generar mejores condiciones de vida a la sociedad en su conjunto y superar la inequidad, entre otras de sus bondades. Está toda impregnada de la altivez y la arrogancia que entraña la acumulación de poder y riqueza. Se ha reemplazado negativa y dañosamente por el abuso de ese poder y la nefasta corrupción en todas sus variantes, órdenes y niveles.

No encarna ya la política esa noción constructiva que le es propia en contexto de decencia, grandeza y progreso. No se hace ya de ella un ejercicio de ideas, ni es tampoco un escenario programático, sino el estadio y manejo de negocios, intereses complicidades y privilegios excluyentes para soportar de manera vergonzante una razón de ser viciado del poder, afectando de contera a la justicia, postrada cada vez más y siendo día tras día foco de negativos índices, amén de estar aferrados muchos de los encargados de su administración al saco de las insaciables voracidad, codicia y ambiciones desmedidas, que nos ha llevado, entre otros aconteceres, que vivamos un claro deterioro político e institucional que potencia los males peores que acusamos.

No podemos darnos el lujo de seguir padeciendo como ciudadanos tanta afectación. Ello, tenemos que afrontarlo, encauzar la recuperación del país. No permitir su desplome. Luchar por recomponer el poder político. Definir nuestro papel comunitario desde la atalaya de la participación democrática activa. Propugnar por nuestro desarrollo social, humano y crecimiento económico. Velar por que se agilice la gestión de los proyectos mejores para nuestras regiones. Avanzar en definitiva política y económicamente.

Toda incertidumbre en política lleva al traste las previsiones de avance, los equilibrios no son duraderos, lejana se percibe la recomposición de la economía, como difícil recuperar su confianza. Todo se enmaraña a la hora de decidir que debe prevalecer. Todos los frentes políticos trabajan para sí y los intereses de los suyos, que no de las comunidades. No vemos una correlación de fuerzas en procura de unidad en beneficio colectivo, lo que actúa desafortunadamente en detrimento de los núcleos poblacionales menos favorecidos. Eso no es la política, de ahí su hecatombe.

*Francisco Javier Vásquez Atencio. Administrador de Empresas. Especializado en Recursos Humanos. Especializado y Magister en Gerencia Social. @franvasquez06. francisco.vasquez.atencio75@gmail.com

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