Ruben Darío Ceballos Mendoza - jurista

Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza*

Inicia un año político y es deber ciudadano, además de expresarnos en las urnas, ojalá que masivamente para bien de todos, hacerlo de la mejor forma y manera posible, eligiendo a los mejores para que decidan de igual manera sobre los destinos de localidades, municipios y departamentos del país. Elecciones las que se aproximan que debemos hacer históricas, como corresponde a toda elección que quedará inscrita en sus anales. Una elección la próxima, que será recordada por ser la primera bajo la presidencia de un mandatario reconocido de izquierda, lo que suma ingredientes inéditos a nuestras gestas eleccionarias.

Tiene que encontrar el país para fortuna de nuestro destino, la vía que ayude a recobrar el sentido de lo que es ser una verdadera nación, reavivar su identidad, mostrarse con mayor entidad, encontrar su esencia como cuerpo social y no seguir cayendo en hacerle el juego a una cultura homogénea con tinte totalizante. Importa parta todos un Estado depurado en democracia, que respete las distintas visiones de vida. Estar todos dispuestos a ir tras el progreso, sacrificar veleidades y hacernos superiormente estables. Tenemos la necesidad, el país todo tiene la necesidad, imperiosa por demás, de elegir mandatarios de actuar fundamental, obligados a una buena conducta en todos los sentidos, con la máxima moral de ir por senderos de dignidad sin bruscas ni absurdas reformas. Superar los logros del ayer y despojarse de todo despotismo. Gobernar en democracia con legitimidad, sin impunidad y sin generar traumatismos.

Votar bien y mejor debe ser homenaje y expresión de solidaridad para con nuestras familias y, a la vez, como acto de conciencia histórica colectiva para lograr los cometidos superiores que tanto y más requerimos en beneficio colectivo. Concierne que emprendamos grandes esfuerzos de liderazgo y convocatoria, hacernos presente como pueblo como un todo: unido en la búsqueda y procura de una democracia más fortalecida y profunda.

Es, sin distinciones, aportar como ciudadanos a ser gobernados en mejor forma y hacernos presentes en las urnas con decisión y la esperanza e ilusión de elegir a los mejores, en lo que no debe caber equivocación ni duda alguna. Es unirnos en lo fundamental, construir esa conciencia histórica que hace que los pueblos sean grandes, poderosos, trascendentes, con conciencia colectiva de territorios poderosos, generosos, solidarios y participativos que reflejen un querer ser superiores recogiendo un grande sentimiento de pertenencia y entender que sobre lo fundamental hay que estar de acuerdo, unidos como un todo, sin mezquinas fracciones de ninguna especie.


*Jurista. Rubén Darío Ceballos Mendoza. rubenceballos56@gmail.com

¿Cómo le pareció el artículo?
+1
0
+1
0
+1
0
+1
0
+1
0

Por editor

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *