Por: José Manuel Herrera Villa*
La amenaza del terrorismo, es norma general hoy más que nunca, se coartan las libertades y se potencia a tope una grande e imperiosa necesidad en todas sus formas y maneras, la seguridad, ese principio fundante y esencial, sin el cual los más de los asuntos darían al traste. De ahí que las una y más transformaciones tecnológicas hallan y estén determinando un nuevo tipo de sociedad, para constituirse en una sociedad del conocimiento y de la información, que debe y tiene que ser igualmente, y sobre todo, una sociedad profundamente humana, en la que brillen con luz propia todos y cada uno de los derechos fundamentales y la dignidad de las personas.
Esa nueva sociedad a la que nos referimos, tiene y debe mostrarse, toda vez que ofrece las una y más potencialidades para mejorar la vida de los ciudadanos tanto pública como privada. Se habla ya hoy de manera corriente, de la nueva economía, nuevos canales comerciales, nueva democracia (más directa y mayormente participativa), así como las nuevas formas de concebir y ejecutar las siempre muy necesarias políticas públicas.
De igual manera se plantean permanentemente desafíos y retos relevantes, como privacidad, confidencialidad, inequidad, desigualdad social. Retos y desafíos que de manera importante y urgente hay que atender y a los que hay que dar respuestas sustancialmente humanas teniendo presente que el pensamiento ideologizado sigue presente en nuestra sociedad, particularmente en cuanto atañe a la libertad y a la seguridad ese grande valor fundante, esencial y principio de solución de muchos asuntos de interés sustancial para el mejor porvenir de los pueblos y habitantes.
Los buenos gobiernos y las buenas administraciones, hoy más que nunca, tienen que pensar con el mejor de los juicios, que los poderes públicos tienen como grande desafío y obligación, proteger y mejorar en todas sus dimensiones la seguridad de las personas, mejorar a tope las condiciones para el libre desarrollo de la solidaridad ciudadana y nunca caer en la trampa de configurar o construir una nueva ideología de la seguridad que coloque en segundo plano los derechos y las libertades y en un primer plano, otra vez, la racionalidad técnica, ahora revestida con las supuestas bondades de la seguridad y el control.
Clara sin duda la síntesis, la simplificación que de una u otra manera que puede representar para las organizaciones la puesta en común de recursos, evitando tramites e informaciones innecesarias y duplicidad de tareas. Presente tenemos que tener que las ventajas de las nuevas tecnologías son evidentes, están ahí, las palpamos, sobre todo cuando es definitivo en todo y para todos recuperar a toda costa y en todo momento la idea del pensamiento democrático respecto que las instituciones son propiedad de la ciudadana, una de las más poderosas razones por la cual las nuevas tecnologías deben mejorar el acceso de los ciudadanos a las administraciones y la comunicación de los ciudadanos con la Administración, la cual debe ser fluida en manera suficiente y objetiva.
José Manuel Herrera Villa. jomahevi@gmail.com Profesional en Administración y Finanzas. Especializado en Auditoría Integral. Formulación y Evaluación de Proyectos de Desarrollo.