Por: David Gonzalo Duarte González*
La salud siempre será lo primero y si bien la economía presiona gracias a su propia dinámica, esa misma dinámica marcará derroteros para su superación, sin que ello signifique que lo cual vaya a surgir por generación espontánea, pues necesita de aditamentos. Importa más en estos momentos que se evite un desastre sanitario, en eso estamos claros. Más no quiere decir ello que dejemos de lado lo preocupante de las consecuencias de orden económico, que anuncian solo índices negativos. No es cuestión de ganar menos, perder un tanto, de más o menos ingresos, pues hay muchas actividades que están a un paso del colapso y otras ya cuesta abajo en su rodada, debiéndose estar presente y auxiliar a los sectores productivos, empresariales, industriales, de comercio, bienes, servicio y demás otros que mueven la economía.
De otra parte, hay hoy en los hechos gran concentración de poder en los gobernantes, lo cual requiere comprensiones, pero también reacciones, decisiones rápidas, observancia, veedurías, crítica y velar por que no se extralimiten soportados en la crisis, la que si bien aguanta mucho, no lo aguantará todo y menos los desmanes, lo que impone gobernar bien y mejor, esto es, que las medidas se adopten con eficiencia, que además lo sean y no perjudiquen las derivaciones y consecuencias políticas que la concentración de poder y funciones acarrea; toda vez, y eso lo enseñan la costumbre y la administración pública, que si bien es entendible que debe recurrirse a poderes extraordinarios por la problemática sanitaria, deben ser estos tanto limitados como controlados para evitar excesos.
En la grave emergencia sanitaria que vivimos y aún no cesa del todo, lo cual no podemos olvidar, hubo y hay, quienes salen a laborar diariamente, héroes de carne y hueso que cuidan a los demás incluso a costa de sus propias vidas. Los trabajadores de la salud, los miembros de la Fuerza pública y de seguridad, empleados de industrias y laboratorios que fabrican productos esenciales; trabajadores del transporte y la energía que prestan sus servicios para mantener el abastecimiento; comerciantes y farmaceutas que abren sus negocios, recolectores de basura que conservan limpia la ciudad; periodistas que nos informan y conectan con el mundo. Personas todas al servicio de todos.
Son los invisibilizados que cobran relevancia por su valor y sin quienes difícil sería supervivir. Trabajan por vocación, con sentido, coherencia, valores, propósito de vida y de entrega a los demás buscando el bien del otro; de ahí que sea propicio darles las gracias de todo corazón por cuidarnos ayer, seguirnos cuidando hoy y velar por nuestro bienestar. Agradecimiento eterno sin duda, en lo que creo me acompaña el mundo entero.
David Gonzalo Duarte González. Profesional de la Salud. Especializado en Gerencia en Seguridad en Salud en el Trabajo. dago1286@hotmail.com