Ruben Darío Ceballos Mendoza

Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza*

Prevenir es tomar precauciones o medidas por adelantado para evitar un daño, riesgo o peligro. Advertir o avisar a una persona de una cosa, en especial de un daño o peligro. Preparación y disposición que se hace anticipadamente para evitar un riesgo o ejecutar una cosa. En salud, medidas que se toman para reducir las probabilidades de contraer una enfermedad o afección. Socialmente, es elemento de vital importancia en nuestro ámbito de actuación, pues permite detectar el problema, averiguar sus causas, predecir situaciones negativas e intervenir de conformidad con todos estos factores.

Razones por la que importe en mucho, preocuparnos y ocuparnos en mayor escala de la juventud, ofrecerles capacitación y opciones laborales, principalmente en las áreas geográficas de más vulnerabilidad y las que presente un mayor índice de homicidios dolosos, una de las formas mejores de construir porvenir, al igual que crearles simultáneamente de clínicas de deportes, implantar e implementarles programas muchos de recreación y realizar talleres de prevención de adicciones, en la afirmación que debe guiarse al joven para no castigar al adulto.

Importa un nunca más a la criminalización de la juventud. Lo conveniente es un porvenir en el que nadie se quede atrás y menos en las fauces de la delincuencia. Interesa igualmente el establecimiento de ferias de paz, con tamizajes e información bastante que sirva de insumo para prevenir las adicciones y fomentar la salud mental. A la par, importa sobremanera combatir a fondo el tráfico ilícito de drogas, incluidas las sintéticas hoy en auge, y el comercio de armas de fuego y sus municiones, en lo que contar deben las instituciones que de una u otra forma tienen que ver con los asuntos todos relacionados con estas prácticas criminales.

Si bien importa la reacción camino a combatir tales desarrollos, más importante es aún la prevención, en lo que toca aprender de lo acontecido en la fallida guerra contra el narcotráfico, que arrojó un sinnúmero de muertes de civiles, pero nunca la erradicación de los denominados carteles de la droga.

A vista de hoy, se entiende y además comprende que liarse a balazos no fue la solución y seguro estoy que no lo será; más sí, acercamientos, convivencia, abrazos, empatía y reconocer que las adicciones, sean cuales fueren y más las de este tenor, representan un problema de salud pública, que debe atenderse con prioridad y además en el que la prevención juega un papel preponderante y urgente, lo que invita de igual forma, a cambiar la estrategia, en la seguridad que más pronto que después con la prevención de las adicciones será más fácil, o al menos más efectivo ganarle la lucha a la guerra.

*rubenceballos56@gmail.com – Jurista

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