Ec. Esp. Omar Escobar

La pandemia de COVID-19 impacta mayoritariamente a los trabajadores poco calificados y amplía la brecha de la desigualdad, pues a menudo tienen menores ingresos, mientras que los empleados y/o muy calificados experimentan una pronta recuperación. Hoy la economía informal colombiana  llegó al 48,7% frente al 33,1% del año 2019, es decir, estamos camino a la media del 70% de los países emergentes.

Los demócratas con sus alaridos respecto a  «la recuperación económica” han demostrado ineptitud y han convertido nuestra economía en datos regresivos: para marzo de 2021 se registró una cifra de desempleo del 14,2% y para el 2018, del 9,44%, lo cual incide en la calidad de vida; hoy estamos en el puesto 68 a nivel mundial y 5º puesto a nivel latinoamericano, con un puntaje de 102 puntos frente a Suiza con 188 puntos o Uruguay con 122 puntos. Esto es una clara muestra que los honorarios y servicios profesionales pagados a los bien remunerados funcionarios y asesores del gobierno, no son inversión sino gasto, pues la política fiscal no fue enfocada en fortalecer a las clases medias…claro que es obvio de un gobierno que no representa a dicha clase social sino a la clase financiera y terrateniente del país, razón por la cual, la crisis económica la está padeciendo el 90% de los contribuyentes. Por otra parte, ésta crisis, tendrá efectos duraderos sobre la estructura del empleo y expulsará a muchas personas permanentemente de la economía formal.

Se requiere un líder que represente de las clases medias, llámese quien se llame, pero que asegure una política pública enfocada en proteger a los trabajadores de este fuerte impacto a largo plazo mediante el uso temporal de seguros de desempleo, redes de seguridad social y programas de reconversión, además de facilitar la creación de empleo y ayudar a los trabajadores a su cualificación. Todo esto puede favorecerse a través de una mayor competencia, más flexibilidad para gestionar los recursos humanos. Es imperativo incrementar la capacidad de las políticas laborales y de protección social de la región, combinándolas con sistemas que brinden ayuda financiera y preparen a los trabajadores para los nuevos trabajos a través de ayuda para la reconversión y la recolocación laboral. La inversión pública focalizada en los trabajadores y en la productividad de las clases medias, el emprendimiento, la innovación es la primera condición antes de implementar la política cortoplacista del subsidio…enseña a pescar, no regalar, el pez…

Según estudios del Banco Mundial, luego de tres años, una recesión genera una pérdida neta de 1,5 millones de puestos de trabajo, con una contracción de 3% en el empleo formal y una expansión del empleo informal. Joana Silva, economista senior del Banco Mundial, afirma que un gasto público eficiente, sistemas previsionales financieramente sostenibles y normas fiscales claras, son la primera línea de defensa ante las crisis. Si los países no tratan de resolver estos temas fundamentales, la recuperación seguirá caracterizándose por una escasa creación de empleo privado y monopolización del empleo público en manos de los congresistas demócratas.

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