Por: Rafael Robles Solano*
Colombia atraviesa por estas calendas, tiempos con serias crisis institucionales que afectan y contribuyen a aumentar la enorme polarización que venimos padeciendo desde hace varios lustros, atizada por los sectores más radicales de ambas extremas, izquierdas y derechas, favoreciendo la construcción de barreras que solo agudizan las posturas sectarias, las amenazas y los ataques vandálicos a las sedes gubernamentales y de los opositores del establecimiento.
Lamentablemente nuestro país, no ha conseguido liberarse o mejor, superar y dejar atrás las décadas de violencia rural y urbana que por generaciones padece la mayoría de colombianos, quienes sin distingos de clases, son afligidos o víctimas de las acciones delincuenciales de los extorsionistas, los secuestros, confinamientos de poblaciones campesinas y desplazamientos forzados, las desapariciones, las masacres y los asesinatos selectivos de desmovilizados, dirigentes cívicos y gremiales, firmantes de los procesos de paz, líderes y defensores de los derechos humanos, que luchan por la restitución de las tierras de las que fueron despojados o expulsados por los actores armados de las guerrillas, paramilitares y quienes se lucraron o beneficiaron con esas actuaciones.
Pero quizás como nunca antes, nos había tocado observar y ser espectadores en un sentido u otro, a favor o en contra, de los movimientos políticos actuales, que aupados por sus voceros más representativos, impulsan desde sus respectivas orillas, pronunciamientos que promueven actitudes opositoras, enfrentamientos dogmáticos sin los mayores sustentos ideológicos o políticos, como acontece actualmente con nuestros lideres más representativos, Álvaro Uribe Vélez y Gustavo Petro Urrego, quienes sin el menor disimulo o recato, exhortan a sus seguidores para asumir conductas más radicales en contra de los que son sus opositores.
Los comentarios anteriores sirven de introducción y de pretexto para entrar a confeccionar un análisis ponderado y ecuánime sobre los acontecimientos que motivan estas líneas, resultantes de las ponencias desfavorables que se vienen dando desde el Congreso, al rechazar los diferentes proyectos de reformas sociales presentadas por parte del gobierno, como lo son las de pensiones, laboral y salud, para citar las más cuestionadas. Vemos, por ejemplo, según promueven los militantes del Centro Democrático, que buscan desestabilizar y acabar con las instituciones encargadas de los servicios de salud, como estamos presenciando desde la llegada del mandatario actual, por la falta sostenibilidad de la mayoría de las E.P.S., lo mismo acontece con los otros dos proyectos mencionados.
Con estos comentarios, expongo mis reparos contra las abruptas reacciones de Petro, que califico como peligrosas, quien desviado de las interpretaciones democráticas que dice defender, está asumiendo actitudes autoritarias, para a través de ellas, convocar al pueblo a las calles, buscando defiendan sus reformas sociales o será, para enfrentarlos contra los grupos políticos opositores y amenazar al congreso con nuevos estallidos sociales, que solo contribuyen a fomentar las posturas antagónicas y hasta facilitar acciones violentas, aumentando el odio irreconciliable que ya existe y se aprecia entre muchos de los colombianos.
*Secretario Ejecutivo LIDERESOCIAL. rafaelrobles12@hotmail.com