JOSÉ MANUEL HERRERA BRITO

Por: José Manuel Herrera Brito

La política, como no puede ser de otra manera, merece ser pensada en serio, toda vez que entraña el conjunto de relaciones derivadas de la interacción de los seres humanos como consecuencia de vivir en sociedad. Lo es todo, pudiendo decir que la unidad mínima para que exista la política es la de dos personas. Es decir, con que dos personas se relacionen ya hay política. Esta surgió con el fin de mediar entre los conflictos que experimentan los individuos de una comunidad., y que se deben a que cada ser humano es particular, tiene su propias inquietudes, su particular forma de ver la vida y de cómo ha de abordarse la misma, y a si los integrantes de una comunidad deben (o no) ayudarse entre sí; todo ello da lugar a una desigualdad en la riqueza y recursos que poseen los ciudadanos.

En definitiva, se debe a que cada uno de los individuos que conforman una comunidad, tienen actitudes y aptitudes diferentes; y más, por cuanto su realidad virtual nos dice que la política de hoy no es la misma que hizo posible algunas alternancias. Somos ciudadanos del S XXI, en el que la comunicación política en redes es la clave que abre las puertas de la participación ciudadana y la influencia política, en el aserto que el universo de las redes sociales ha democratizado la comunicación política, permitiendo que cada pronunciamiento tenga la fuerza de ser un voto con eco en el ámbito público.

En un mundo digitalizado como en el que vivimos, la comunicación política en redes sociales es el puente que conecta líderes / ciudadanía, construyendo confianza y forjando una nueva era de participación activa. Para los interesados en la ciencia política, la capacitación constante es esencial para alcanzar mejores resultados en la comunicación en todas las facetas posibles, ya sea como dirigentes partidistas, juveniles, líderes sociales, municipales de partido, servidores públicos y representantes populares; puesto que en cada papel que desempeñemos en la etapa de activismo político, la formación permanente y continua nos dará las herramientas necesarias para comprender y adaptarnos a los desafíos cambiantes de la comunicación política, lo que hace necesario adaptar nuestros mensajes según la dinámica de cada red social para maximizar su impacto; de ahí que mensajes iguales en todas las redes no será nunca lo mejor porque tanto públicos como modalidades de las plataformas son distintas realmente.

Surge en consecuencia la necesidad de crear gabinetes de comunicación política, para que definan líneas de aviso comunes, diferenciando mensajes según las atribuciones de cada cargo, sin contradecir las líneas generales de los grupos, movimientos o partidos políticos, por lo que la programación de contenidos es esencial y se encuentra la clave en abordar temas de coyuntura, sumarse positivamente a tendencias y responder efectivamente a desafíos, ya que actualmente las plataformas de inteligencia artificial son herramientas concluyentes que aunque pueden tener efectos negativos, también son útiles para transmitir mensajes honestos y asertivos que contribuyan a que los ciudadanos sean estimulados para ejercer su derecho al voto y rechazar a los partidos autoritarios.

La internet permite que la información y la desinformación se propaguen rápidamente y de forma exponencial, por eso se ha convertido en un terreno especializado de competencia electoral y de la estrategia política. Pese a las denostaciones y mentiras que caracterizan y son alentados por las redes, los enfrentaremos con estrategias éticas para contrarrestar sus mentiras y exhibir ante todos su corrupción e ineficacia gubernamental. saramara7@gmail.com

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