Por: Francisco Javier Vásquez Atencio*
Paz social, estabilidad, desarrollo económico y certeza en el porvenir es mucho y más de lo que necesitamos en ruta a experimentar vuelcos económicos y políticos que controlen el riesgo de una inestabilidad social y democrática. Requerimos que se mantenga para todos, una sólida paz social, con perspectivas óptimas de crecimiento en el bienestar y en la calidad de vida de todos los asociados. No se trata qué sigan prosperando, aino que cesen las avalanchas de protestas, cacerolazos y bloqueo de vías entre otras acciones, debido a que en mucho sumen a nuestros territorios en escenarios de incertidumbre económica y social, cuando lo que requerimos es unidad y jalonar todos a una hacia los puertos seguros de bienestar, progreso, desarrollo, crecimiento e integral prosperidad.
Importa consolidar para todos una paz social granítica, recibir en condiciones favorables inversión extranjera, incrementar salarios e impulsar el crecimiento del mercado interno, como propósitos significativos, que den al traste con todo asomo de crisis política, social y de seguridad, última esta que viene aterrorizando a la sociedad con saqueos, explosiones, tiroteos y vehículos incendiados así como irrupciones en medios de comunicación, edificios institucionales, centros y plazas comerciales, así como en otros espacios públicos, que de seguirse sucediendo bien podrían generar una más agudas violencias y severa crisis económica que provocarán de contera una mayor inestabilidad, en la verdad que somos un país plural que debe ir tras una superior estabilidad, paz social y desarrollo económico que nos permita certezas en el porvenir.
Hora es ya de entender definitivamente que es la paz, además de palabra y concepto aquella que surgir debe de situaciones concretas para que no siga siendo amenazada nuestra estabilidad y la convivencia humana. La paz ya no es entendida como ausencia de guerra o de violencia, ella adquiere un sentido más holístico, cuyo significado evoluciona hacia un carácter integrador de Estado de bienestar y seguridad que involucra el respeto a los Derechos Humanos, la protección al medio ambiente y la satisfacción de las necesidades básicas en materia de alimentación, vivienda y salud.
La paz debemos dejarla sentir cuando de buscar el entendimiento humano se trata, por lo que debemos darnos todos a la tarea de reinventarla de manera permanente y continua, hacerla que atraviese todas las fronteras culturales y sea transversal a los valores humanos. No puede ser más la guerra un acto de violencia que intente forzar a nuestros oponentes a que cumplan nuestra voluntad, ni que sea más la continuación de la política por otros medios, sino una expresión de la verdadera voluntad popular. Ser una eirene, que es vivir los integrantes de un grupo como sociedad en armonía y justicia entre sus miembros, puesto que lo contrario es discordia y la ruptura de la armonía que provoca la guerra). Debe ser la paz ausencia de guerra (absentia belli), pacto que produzca concordia garantizada por la ley para producir justicia y prosperidad, un nuevo orden que lleve a una nueva ética, reconciliación, unión de pueblos, perdón y gracia, justicia y armonía social.
Fenómeno amplio y complejo, que nos exige una comprensión multidimensional, que hace referencia a tres conceptos íntimos: el conflicto, el desarrollo y los derechos humanos. Una aproximación a definir, de manera provisoria la paz positiva, nos permite decir que la paz auténtica es la que oponiéndose a la guerra, realiza también todos los esfuerzos por disipar toda discriminación, violencia y opresión que obstaculizan el desarrollo integral de las personas en su dimensión social, como modernamente lo sostienen los más importantes cientistas sociales a lo largo y ancho de la comunidad de naciones. franvasquez06. francisco.vasquez.atencio75@gmail.com
*Administrador de Empresas. Especializado en Recursos Humanos. Especializado y Magister en Gerencia Social. Diplomático.