Periódico El Derecho

El patrimonio cultural, entendemos, es un conjunto determinado de bienes tangibles, intangibles y naturales que forman parte de prácticas sociales, a los que se les atribuyen valores a ser transmitidos, y luego resignificados, de una época a otra, o de una generación a las siguientes. Así, un objeto se transforma en patrimonio o bien cultural, o deja de serlo, mediante un proceso y/o cuando alguien -individuo o colectividad. Es ese conjunto de bienes tangibles e intangibles, que constituyen la herencia de un grupo humano, que refuerzan emocionalmente su sentido de comunidad con una identidad propia y que son percibidos por otros como característicos. Es un tesoro invaluable que debemos cuidar y preservar para las generaciones actuales y por venir. Desde monumentos históricos hasta tradiciones culturales, cada país, ciudad o comunidad tienen su propio patrimonio cultural que es único y especial. Sin embargo, a menudo este patrimonio se encuentra en peligro debido a la falta de conciencia y cuidado por parte de la sociedad.

El hecho de que el patrimonio cultural se conforme a partir de un proceso social y cultural de atribución de valores, funciones y significados, implica que no constituye algo dado de una vez y para siempre sino, más bien, es el producto de un proceso social permanente, complejo y polémico, de construcción de significados y sentidos. Así, los objetos y bienes resguardados adquieren razón de ser en la medida que se abren a nuevos sentidos y se asocian a una cultura presente que los contextualiza, los recrea e interpreta de manera dinámica.

El valor de dichos bienes y manifestaciones culturales no está en un pasado rescatado de modo fiel, sino en la relación que en el presente establecen las personas y las sociedades, con dichas huellas y testimonios. Por ello, los ciudadanos no son meros receptores pasivos sino sujetos que conocen y transforman esa realidad, posibilitando el surgimiento de nuevas interpretaciones y usos patrimoniales. Como la UNESCO ha subrayado, el término «patrimonio cultural» no siempre ha tenido el mismo significado, y en los últimos decenios ha experimentado un profundo cambio. Actualmente, ésta es una noción más abierta que también incluye expresiones de la cultura presente, y no sólo del pasado.

Por otra parte, si en un momento dicho concepto estuvo referido exclusivamente a los monumentos, ahora ha ido incorporando, gradualmente, nuevas categorías tales como las de patrimonio intangible, etnográfico o industrial, las que, a su vez, han demandado nuevos esfuerzos de conceptualización. Junto con ello se ha otorgado mayor atención a las artes de la representación, lenguas y música tradicional, así como a los sistemas filosóficos, espirituales y de información que constituyen el marco de dichas creaciones.

Falta de inversión y mala gestión del patrimonio cultural son algunos de los principales problemas que enfrentamos a este tenor. Por eso, es importante que todos nos demos cuenta de la importancia de proteger nuestro patrimonio cultural. Los monumentos históricos, por ejemplo, son una parte importante de nuestra historia y deben ser preservados para que las futuras generaciones puedan conocer y aprender de ellos. Además, las tradiciones culturales son una parte fundamental de nuestra identidad y deben ser mantenidas y promovidas. La música, la danza, la comida y muchas otras tradiciones culturales son una parte vital de nuestra vida y deben ser valoradas y protegidas.

De otra parte, el turismo cultural es una gran oportunidad para promover y preservar el patrimonio cultural de un país. Los turistas pueden acudir a visitar monumentos históricos, museos y acudir a festivales culturales, lo que no solo genera ingresos económicos para los territorios, sino que también ayuda a crear conciencia sobre la importancia de la protección del patrimonio cultural.

Importa, en conclusión, que es fundamental sobremanera que todos nos demos cuenta de la importancia del patrimonio cultural y trabajemos juntos para protegerlo y preservarlo, por lo que debemos valorar y cuidar nuestro pasado y nuestras tradiciones para que puedan ser apreciados por las futuras generaciones. Se trata que evolucionemos en este campo, toda vez que es vital para la pertenencia de los pueblos, al igual que nos que nos integremos y comprometamos todos en dicho propósito patrimonial, definitivo cuál que más en contexto de civilidad. / IVA

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