Por: Blaicer Moreno Ledezma*
Debe siempre la juventud, que bien, mejor conducida y prospectada, constituye uno de los pilares esenciales y pujante motor de desarrollo en las unidades territoriales, estar presta a esforzarse y permanentemente relacionar intercambio de conocimientos y experiencias que guíen investigaciones y prácticas, siendo importante la heterogeneidad, así como abordar los diferentes aspectos de la política de juventud, a fin que se sigan abriendo las más diversas posibilidades, muchas de las cuales exploradas con éxito en el contexto universal, que pueden servir como punto de partida, adecuadas a las propias realidades y necesidades territoriales y poblacionales.
Importará para nosotros en gran medida debatir la participación social, algo especialmente importante, si partimos de la comprensión que la constitución del campo temático juventud presupone el reconocimiento de problemas sociales que se convierten en demandas juveniles que deben ser llevadas por diferentes actores al espacio público; el diálogo con los poderes públicos, con los cuales se negocian las demandas y los derechos de los jóvenes; y, la presencia de una juventud organizada de muchas maneras para buscar posibles articulaciones y relaciones entre sí y sociedad en general.
Interesa en esto reflexionara fondo sobre el lugar de la participación en las políticas públicas. Si por un lado muchos de los actores que actúan en el ámbito de las políticas de juventud se constituyen a partir de su identidad militante, la participación no solo aparece como instituyente de esta identidad para estos sujetos. La participación también aparece como demanda, que precisa de espacios para que se pueda reflexionar de manera crítica sobre la forma en que ella se ha venido incorporando en las políticas, hasta qué punto la juventud marca la agenda e interfiere en la formulación e implementación de políticas y en la toma de decisiones, y cuáles son los escenarios que parten de las varias experiencias en el campo de las políticas públicas de juventud.
Tenemos destacada y calificadamente que profundizar y reflexionar más sobre esta temática e impulsar esfuerzos generalizados en la sociedad para ampliar los espacios todos de participación social en foros, comités, grupos de trabajo, comisiones, consejos, conferencias, en las calles y en los demás espacios de diálogo con las entidades oficiales y sociedad civil. Se trata de mapear, debatir, problematizar la ocupación de estos espacios y cómo estos se relacionan con las políticas públicas, medir las influencias mutuas, dar densidad y teorizar sobre estas prácticas en un espacio compartido entre academia, gestores y movimientos sociales como una necesidad para avanzar en esta problemática.
Del mismo modo, los temas referidos al desarrollo social, tales como trabajo, educación, cultura, violencia, salud, etc., debe ser enfatizados en la heterogeneidad que constituyen los diferentes grupos de juventudes, lo que es un campo amplio y fértil para la reflexión. La posibilidad de entender y cartografiar las experiencias y ayudar a establecer nuevas redes de colaboración, a involucrar a investigadores de referencia en el tema de la juventud, junto con los líderes juveniles de movimientos y organizaciones sociales, y representantes de consejos juveniles y de observatorios de la juventud, deben constituir un espacio de aprendizaje de referencia para futuras actividades de capacitación para fortalecer las identidades y proponer acciones comunes.
Juventudes y participación política debe privilegiarse a través del encuentro con investigadores, gestores políticos y miembros de movimientos sociales tema importante para que se fomente la participación social en las esferas públicas, y los movimientos sociales como referentes importantes en el diálogo Estado / sociedad, que es necesario producir conocimiento relevante sobre las juventudes a partir del diálogo con las instituciones que actúan en este campo, para ampliar diversidades, darle credibilidad a la experiencia social y reconocer que existen muchas maneras de describir, ordenar y clasificarlo todo. Es propender porque se articulen nuevos espacios de aprendizaje junto a los movimientos sociales, con el fin de establecer diálogos y escuchas recíprocas.
Interesa sobremanera que como jóvenes procuremos diferentes espacios de reflexión que posibiliten distintas perspectivas sobre los distintos temas que nos preocupen mediante charlas, conversatorios, conferencias, encuentros, seminarios, talleres y mesas de debate, entre otros, con expertos invitados, que privilegien la dimensión expositiva y su conocimiento, a efecto de enriquecernos con el intercambio de conocimientos y debates participativos, en lo que importa de igual manera, la presentación de paneles y relatos de experiencias para buscar convergencia entre los conceptos y directrices estructurantes y los conocimientos que surgen de la experiencia social.
*Blaicer Moreno Ledezma. morenoblaicer@gmail.com Líder Juvenil. Dirigente Cívico. Empresario. Miembro de la Liga para el Desarrollo y la Rehabilitación Socio Cultural